El lado más redneck o paleto de Estados Unidos, recorriendo la Ruta66 (II)

El lado más redneck o paleto de Estados Unidos, recorriendo la Ruta66 (II)
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En la anterior entrega de este artículo habíamos abandonado Illinois y nos adentrábamos en Kansas.

De Kansas no sabía absolutamente nada, salvo que era el lugar donde vivía la Dorotea de El Mago de Oz. La ciudad más importante, Saint Louis, bañada por el río Missisipi, evocaba las aventuras de Tom Sawyer y sus amigos Huckleberry Finn y Becky Tatcher. Era de tamaño medio, teniendo en cuenta la medida americana, y bastante moderna: me sorprendió que hubiera sabido progresar tanto a pesar de estar situada en aquella Norteamérica de segunda revolución.

Me sorprendió descubrir, también, que, exceptuando las grandes ciudades o lugares clave, las regiones que cubríamos parecían despobladas, algo que contrastaba con la política restrictiva frente a la inmigración de aquel país. Y es que Estados Unidos resulta ser uno de los países menos poblados del planeta, a pesar de las apariencias; y su tasa de inmigración era la mitad de, por ejemplo, Francia, aunque en sus películas o series de televisión diesen a entender justo lo contrario (rara es la producción audiovisual que no cuente con un actor latinoamericano en su reparto).

Cuando se ocultó el infernal sol, con agujetas en el culo y las ropas sudadas y hediondas, hicimos noche en el típico motel de carretera que aparece en las teleseries. Apartamentos individuales dispuestos horizontalmente, regentados por tipos extraños y esquinados con una mugrienta gorra de visera encasquetada en la cabeza.

También era el escenario propicio donde se cometen los crímenes cinematográficos. Daba escalofríos. Así que, a pesar de que no era un clónico y estándar Holiday Inn, finalmente el motel resultó ser mucho más pacífico de lo que me había figurado.

Apenas hubimos entrado en Oklahoma percibí un cambio drástico en el ambiente. Desaparecieron por completo los extensos campos labrantíos para dar paso a la ganadería. Sin ir más lejos, mi padre me apuntó que el Stockyyards Exchange de Oklahoma City era la subasta de ganado donde más cabezas bovinas se comercializaban de todo el planeta. Se distinguía mucho más el ambiente country: sombreros de ala ancha, botas con espuelas, tejanos y americanas, amén de horteras corbatines. Me acordé de la serie Dallas, y de J.R.

redneck
Comencé a detectar por las calles de los pueblos, en los comercios, en las licorerías y en los restaurantes, en cada rincón de aquel territorio, el sello inconfundible del redneck (cuello rojo). Estados Unidos es la isla más grande del mundo. El norteamericano medio no dispone de información y es, por convicción, ignorante, incluso de su propio entorno. I´m proud to be a redneck suele sentenciar, orgulloso.

Un redneck es un ciudadano sencillo, sin grandes aspiraciones en la vida, sin demasiado nivel académico (quizá llegó a la preparatoria), conforme con sus limitados confines intelectuales, que trabaja en un restaurante, una fábrica o en cualquier otro empleo de baja categoría y mal remunerado, pero que, a pesar de todo, es dichoso por el simple hecho de poder adquirir un automóvil a crédito. El problema radica en que este perfil social se está convirtiendo en el mayoritario, y es el que está gobernando el país. Un individuo que se regodea en su estulticia como el gorrino en su mierda.

Como para avalar aquella impresión, en la radio sonó varias veces un tema country que se encontraba en los primeros puestos de la lista de éxitos. Su título era Red, White and Blue. En él, el cantante, literalmente, amenazaba al mundo: Será un infierno cuando escuches a la Madre Libertad hacer sonar su campana, haciendo referencia a la guerra contra Irak. Sí, Irak. Hasta los niños de las escuelas enviaban cartas a los marines desplazados en Irak para agradecerles su sacrificio por la libertad. Al término de la canción, uno de los locutores más famosos del país insistió con sus chanzas sarcásticas acerca del conflicto: Why Bagdad is a holly city?, preguntó retóricamente. Is a holly city because there´s a hole, here, there and everywere. El público del programa prorrumpió en carcajadas.

En la próxima entrega de este artículo os hablaré un poco más de la cultura redneck, y proseguiremos nuestro viaje por lo más profundo de Estados Unidos.

Foto | Wikipedia En Diario del viajero | Mi experiencia conduciendo por la mítica Ruta66

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