Más de doscientas momias integran el espeluznante museo de Leymebamba
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Más de doscientas momias integran el espeluznante museo de Leymebamba

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Pulsas un interruptor y se ilumina ante ti una sala espeluznante con decenas de momias en posición fetal, con las extremidades amarradas, algunas cubiertas y otras destapadas. Nuestra imaginación asocia los rasgos de estos cadáveres a una muerte horrible, pero no es más que la técnica de momificación usada por los chachapoyas.

Los chachapoyas fueron una importante cultura preínca que se estableció en lo que hoy es el departamento de Amazonas. A pesar de que fueron sometidos al imperio inca, todavía se conservan abundantes restos arqueológicos, siendo los más conocidos Kuelap, Karajía y las chullpas y momias de la laguna de los Cóndores. Hoy nos centraremos en Diario del Viajero en las más de doscientas momias rescatadas del expolio y que integran el museo de Leymebamba.

El norte de Perú queda fuera de la mayoría de visitas al país. Lima, Arequipa, Cusco y, por supuesto, Machu Picchu, son los destinos que nadie se pierde y forman parte de la ruta elegida por casi todos los viajeros.

Leymebamba es un pequeño distrito de la provincia de Chachapoyas, que a finales de 2014 llegó a los medios internacionales por el aparatoso operativo de rescate de un espeleólogo español que estuvo atrapado en una cueva próxima durante doce días.

Rescatando las momias de Leymebamba

Pero lo más destacado de Leymebamba es su museo, que se inauguró en el año 2000. En noviembre de 1996, en una de las laderas de la laguna de los Cóndores, unos trabajadores divisaron lo que podrían ser chullpas (tumbas). No hubo ningún control sobre ellas hasta julio del año siguiente.

En un primer momento los asaltantes sacaron sin ningún miramiento las momias de los fardos donde estaban envueltas, se llevaron todo lo que consideraron de valor y las dejaron expuestas. Más tarde, cuando se hizo público el descubrimiento, a pesar de ser una zona de difícil acceso y muy alejada de Leymebamba, los visitantes llegaban hasta el lugar, se sacaban macabras fotos con las momias y se llevaban lo que querían de recuerdo. Todo un maltrato a la arqueología y a la historia.

A finales de 1997 fueron sometidas a tratamientos de conservación por expertos internacionales y, una vez que fue construido el museo, las trasladaron hasta él.

El museo de Leymebamba

En total fueron rescatadas 219 momias, además de otras ofrendas y quipus (un sistema de cuerdas y nudos para llevar registros y contabilidad).

El museo ha sido construido según la arquitectura tradicional de la zona y está dividido en tres salas, donde se expone todo lo recuperado de las chullpas de la laguna de los Cóndores. No queda ahí el museo, sino que para comprender bien por qué estaban ahí las momias y el lugar que ocuparon los chachapoyas dentro de las culturas preíncas, se explica gráficamente la evolución histórica de la región, las características de las momias y las técnicas de momificación. Curiosamente, los chachapoyas no momificaban a sus muertos, sino que todo apunta a que fue una costumbre adoptada de los incas.

Una sala aterradora

Leymebamba2

Las condiciones climáticas de esta región de Perú no parecen ser las idóneas para la conservación de material orgánico. Sin embargo, el lugar escogido por los chachapoyas tenía unas características particulares con temperatura fría y menos humedad.

Las momias fueron tratadas con técnicas de momificación que han permitido mantener increíblemente la apariencia de la persona fallecida. Tras el fallecimiento amarraban las extremidades para forzar las articulaciones a una posición similar a la fetal, como si estuvieran sentados con las piernas hiperflexionadas y los brazos recogidos sobre el cuello y la cara. Se trataba la piel como si fuera cuero de animales, cuidando con esmero la conservación de los rasgos faciales y tratando de reducir su peso al mínimo para que fuera más fácil su transporte y colocación en la chullpa, habitualmente escondida en cavidades rocosas de las montañas.

Para que se preservaran lo máximo posible, eran envueltas en varias capas de tejidos aislantes. Los chachapoyas no idearon estos sacos para que fueran abiertos siglos más tarde, así que ahora que algunos cuerpos están a la vista, el efecto es espeluznante. Por la posición de los cadáveres parece que están protegiéndose de algo que los amenaza.

En el museo están expuestas algunas momias en vitrinas independientes, aunque la mayor parte de los cuerpos están apilados en estanterías en una sala oscura a la que no se puede acceder pero es visible a través de una ventana. Algunos cuerpos están cubiertos, otros destapados y otros con la tela semirrasgada. Hay un interruptor para encender la iluminación y es entonces cuando los visitantes quedan bastante impactados.

¿Cómo llegar al museo de Leymebamba?

Leymebamba está a 80 kilómetros de Chachapoyas. Se puede llegar en combi por 8 soles, en dos horas y media. Se puede ir y volver desde Chachapoyas en el mismo día, si no, también es posible pasar aquí una noche, hay bastante alojamiento.

Leymebamba es un pueblecito muy pequeño, tan solo algunas calles salen de su plaza principal. Y desde ésta se puede ir caminando al museo en una media hora. Está abierto de lunes a domingo de 10 a 16:30.

Otra opción es llegar hasta aquí, ver el museo y continuar hacia el sur en un bus o combi nocturno hacia Cajamarca.

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