Un paseo por el Cañón de Palo Duro, Texas

Un paseo por el Cañón de Palo Duro, Texas
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Bajo este nombre tan peculiar y gracioso de Cañón de Palo Duro se esconde el segundo cañón más importante de los Estados Unidos de América, justo detrás del archiconocido Gran Cañón del Colorado. Se extiende en Texas a lo largo de 193 kilómetros de terreno, que ya son kilómetros. Alcanza un máximo de 32 kilómetros de anchura durante su curso, y hasta 304 metros de altura en algunos puntos.

Miradores a 300 metros sobre el suelo, capas de roca de múltiples colores, coyotes, tarántulas, cuevas, chimeneas de hadas como la de la imagen e incluso algún indio Apache o Comanche perdido (esto último será más difícil), son algunas de las cosas que te podrás encontrar paseando dentro de la inmensidad de este enclave, uno de los parques más excepcionales de Estados Unidos. Con ese nombre que tiene, huelga decir que fue descubierto por españoles.

Conocido popularmente como el Gran Cañón de Texas, es un parque fascinante donde no tendrás que soportar la masificación de su hermano mayor del Colorado. Aquí te sentirás libre, rodeado por un entorno salvaje prácticamente abandonado al turismo si lo comparamos con aquél otro. Además de ser mucho más sencillo acceder a él, pues se puede descender por carretera hasta la base, desde donde puedes comenzar a explorar su interior con más tranquilidad. Es éste un cañón para todos los públicos.

palo duro canyon
Vista desde uno de los miradores del Parque Estatal de Palo Duro

Por el contrario, para visitar el Gran Cañón del Colorado necesitarías disponer de muchas horas para descender a su base, además de preparación física especial y equipamiento y víveres para aguantar las muchas horas de trayecto. Los expertos recomiendan, de hecho, hacer noche en el mismo cañón del Colorado, pues el recorrido de descenso y ascenso es demasiado duro para realizarlo en un solo día debido a la distancia, esfuerzo, y el peligro de agotamiento por calor. Mi consejo es que visites el Cañón del Colorado desde arriba, pero que hagas una parada en Palo Duro para conocer un cañón por dentro.

Si te gusta la naturaleza y el senderismo, en Palo Duro tendrás para hartarte. Con alrededor de 48 kilómetros de vías de trail para practicar senderismo, bicicleta de montaña o montar a caballo (se pueden alquilar caballos en el propio parque), es un lugar ideal para pasar el día en familia, pues incluso los niños pueden permitirse realizar algunos de estos trails al haberlos de todas las dificultades y distancias. Según el mapa que proporciona la web del parque, son 13 pistas de trail señalizadas. La más famosa, y altamente recomendable, es la del trail “Lighthouse”, de unos 9,5 kilómetros de longitud, y en la que podrás encontrar la chimenea de hadas más famosa del parque (la de la imagen principal).

Por otro lado, este lugar sigue siendo un entorno salvaje, y además de los coyotes y zorros rojos que pululan por la zona, se recomienda con especial hincapié el mantenerse a salvo de las serpientes de cascabel. No metas la pata allá donde no veas lo que hay. Salvo que seas un cowboy y tengas tu revolver a mano. Yo, sin embargo, el animal que más me encontré y por el que más fascinación sentí fue la tarántula.

tarantura en palo duro
Una tarántula paseando por Palo Duro

Es fascinante cruzarse con una pequeña tarántula cada cinco minutos, viéndolas trasponer las claras vías de arena marrón que formaban las pistas de trail, contrastando con su color negro andando a parsimoniosa velocidad. Podía observárselas durante minutos y minutos hasta que se perdían entre la maleza, un espectáculo fascinante. Según me contaron, se trataba de las tarántulas macho que a la hora cercana al anochecer salían en busca de las hembras, que permanecían ocultas en sus madrigueras.

A parte de animales, este cañón también ha tenido mucha vida humana en el pasado. Descubrimientos arqueológicos indican que los humanos habitaron el cañón desde hace nada más y nada menos que 12.000 años. No hace tanto tiempo fue el hogar de varias tribus de nativos americanos como los Comanches y los Apaches. De hecho, es un lugar que te hará sentirte en el antiguo oeste de las películas de John Wayne. También, como no, hubo españoles pululando por aquí en su día.

El precio de la entrada es de cinco dólares, siendo gratuita para los menores de 12 años. El Parque Nacional está situado a unos 58 kilómetros de Amarillo, Texas (por donde pasa la Ruta 66), y se puede llegar en coche desde allí en alrededor de media hora. Dentro del parque hay muchos sitios habilitados para hacer camping, a un precio de 12 dólares por cada cuatro personas. Es una caldera, así que lleva mucha agua, sombrero y protector solar.

Fotos | Wikitravel y Juan Alberto

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