Si te internas por las tierras de Montánchez, en la provincia extremeña de Cáceres, ubicarás fácilmente dos de sus principales atractivos: el famoso jamón que lleva su nombre y.. su castillo.
Para "conocer al primero", sólo necesitas seguir el perfume de los ibéricos de Extremadura hasta el primer bar o restaurante. Con el primer bocado ya caerás enamorado. Pero hoy, vamos a detenernos en el castillo.
El Castillo de Montánchez está ubicado en un lugar de singular importancia estratégica, en un lo alto de un cerro. Esta situación, así como sus condiciones particulares de díficil acceso y lo elevado y áspero del promontorio, le dieron un rol protagónico en muchas historias que se tejieron aquí durante la Edad Media.
El Cuerpo principal de las edificaciones que dan forma al castillo, proviene de la época romana cuando se elige su emplazamiento en la cota mas elevada del cerro. El resto de la construcción data del siglo XII, construido durante la ocupación almohade de la zona. De aquellos años se conservan aún tres aljibes y parte de su trazado.
La alternancia de moros y cristianos en su dominio fue cambiando la fisonomía del castillo agregando elementos arquitectónicos de tipología cristiana sobre la primitiva obra musulmana.
Más tarde y bajo la administración de la Orden de Santiago el castillo sufre grandes modificaciones, dotándolo de mayores elementos defensivos.
si bien hoy solo podemos ver las ruinas de lo que fue, la imponente figura del Castillo de Montánchez nos da una idea de lo importante que fue en los siglos oscuros de batallas, conquistas y reconquistas que vivió este rincón de la península ibérica.
Foto | Extremadura
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