Islandia: Gullfoss, la cascada dorada

Islandia: Gullfoss, la cascada dorada
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Gullfoss, o la cascada dorada en islandés, es uno de los saltos de agua más impresionantes de Europa, tanto pos sus increíbles dimensiones, como por las cantidades ingentes de agua que lleva su caudal.

No obstante, Gullfoss, no es ni la más grande, ni la más hermosa de las cascadas que hay en Islandia, aunque al estar tan cerquita de Reykjavík hace que sea la más famosa del país y, por supuesto, la más visitada.

Si queréis ir a contemplar su belleza lo tenéis bastante fácil. Desde Reykjavík, hay muchas agencias que os llevarán hasta Gullfoss. Además, en verano también hay autobuses que hacen a diario el trayecto de ida y vuelta. Sinceramente, sale más barato pillar el autobús que alquilar un coche para un día.

Ahora mismo es un símbolo de Islandia, pero a principios del siglo XX, el gobierno de Reykjavík se planteó vender la cascada a empresas extranjeras para que explotaran su fuerza hidroeléctrica.

Y estuvieron a punto de conseguirlo de no ser por el valor de una joven granjera llamada Sigríður Tómasdóttir. La chica amenazó con tirarse de cabeza a Gullfoss si la cascada era vendida y por eso hay muy cerca de la cascada un monumento que recuerda la gesta.

Volviendo al presente, os diré que Gullfoss tiene una caída de 32 metros de altura, lo que unido al magnífico caudal que fluye del río Hvitá en ese punto, provoca que  el agua descienda con una fuerza brutal provocando un perpetuo y magnífico estruendo.

No debéis temer sus dimensiones, ya que el gobierno islandés ha preparado varios lugares, todos ellos convenientemente vallados para evitar alguna desgracia. para observar la cascada.

Hasta llegar al punto de observación más alto, debes andar por un caminito que pasa muy cerca del salto de agua y en el que es muy recomendable llevar chubasquero para no acabar empapado.

Desde ese punto, el espectáculo es incomparable. La imagen y el sonido del agua precipitándose sobre la poza es de película. Además, esa colisión de agua provoca una cortina de vapor de agua inmensa y perpetua. La poza sobre la que se precipita Gulfoss tiene unos 70 metros de profundidad.

Lo normal es que ante semejante cortina de agua, se pueda contemplar un enorme arcoiris sobre la cascada, lo cual hace que el espectáculo de la naturaleza sea todavía más grandioso. Gullfoss, la cascada dorada de Islandia. Quedaos con su nombre.

Imagen | Pau En Diario del viajero | Islandia: Geysir, el padre de los geisers, Islandia: Þingvellir, un parlamento del siglo X

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