¿Qué hacer en Bruselas si sólo dispones de un día?

¿Qué hacer en Bruselas si sólo dispones de un día?
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Para conocer bien una localización, de cuantos más días disponga uno, mejor que mejor. Cuando sólo dispones de un día, lo normal es deambular por el centro de la ciudad para intentar cogerle el pulso.

Si te encuentras en esta situación, lo mejor que puedes hacer es empezar por sacarte un abono transporte que te permita desplazarte por toda la ciudad sin problemas, ¡y sin arruinarte! En Bruselas existe una tarifa de 7,00 euros que te permitirá subir y bajar de todos los transportes públicos durante todo el día.

Comienza la gincana

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Con nuestro billete en el bolsillo, lo primero que debemos hacer es dirigirnos hacia su gran plaza, que para algo ha sido clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En esta plaza están los edificios más importantes de la ciudad: el Ayuntamiento y la Casa del Rey, además de las casas gremiales que la envuelven.

Y como ocurre en casi todas las plazas en Europa, está rodeada por un montón de restaurantes y cafeterías que los turistas se dedican a inmortalizar para la posteridad, como es lógico y natural, cuando no se dedican a disfrutar de unas cervezas acompañadas con patatas fritas, y gofres. ¡Todo muy light!

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En agosto, durante 5 días, esta plaza se cubre con una colorida alfombra de flores. Concretamente con 750.000 begonias dispuestas con mucho arte reproduciendo diseños medievales, dando vida a una maravillosa alfombra vegetal que se puede admirar desde el balcón de Ayuntamiento abierto a los visitantes.

De esta zona, en el centro de la ciudad, lo que más llama la atención son sus estupendas chocolaterías, cuyos cuidados escaparates - rebosantes de pequeñas obras de arte chocolateadas - actúan como un perfecto reclamo para atraer la atención y los deseos de los transeúntes.

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Mientras seguimos caminando por las calles del centro de la ciudad, con un trozo de chocolate deshaciéndose en nuestra boca, nos damos de bruces con un inmenso graffiti que ocupa toda la fachada de un edificio.

En él, se puede ver dibujada la figura de un angelote clásico - que parece de madera o de mármol -, vestido con camisa y pantalón vaqueros y camiseta. Lo más chocante es que el querubín está haciendo pis sobre lo que parece una antigua radio de esas que los raperos solían llevar todo el día apoyadas en sus hombros. Se trata de una réplica mural del famoso Manneken Pis, sin duda una de las esculturas de bronce más famosas del mundo.

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Un baño de política

Después de visitar el centro de la ciudad, toca echarles una ojeada a los edificios que constituyen las instituciones europeas, caminar hasta la gran arcada que se ve al fondo y acabar en el jardín botánico donde podremos descansar un poco, al tiempo que recargamos las pilas. Entrar en contacto con la tierra cuando nos sentimos cansados o estresados nos ayuda a que nuestra mente se vacíe de toda la tensión acumulada.

A margen de dos o tres cafés, toda esta zona tiene poquísimo tránsito, lo cual nos vendrá de perlas si queremos hacernos selfies, hacer fotos o leer con calma la multitud de placas conmemorativas que jalonan todo el recorrido entre el Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea, la Comisión Europea, el Comité Económico y Social entre otras agencias comunitarias de las cuales no recuerdo el nombre.

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Una de museos

La arcada a la que me refería al principio se encuentra en el Parque del Cincuentenario de la ciudad. Se trata de un arco de triunfo, que está flanqueado por una serie de edificios en forma de U que albergan, entre otros, al museo de la armada, al de la aviación, al del automóvil y al museo de arte y de historia.

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Descanso para cargar las pilas

El jardín botánico es en realidad un gran centro cultural donde se organizan conciertos, exposiciones, ponencias, etc. El conocimiento de las plantas y de las flores conlleva una intensa actividad investigadora. La contemplación de los colores y de las formas de estas flores acaba por convertirse en una gran pasión, que los convierte en auténticos observatorios de la diversidad biológica vegetal, donde quienes los visitan pueden descubrir desde las plantas más comunes a las más exóticas.

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Si no estáis demasiado cansados, un sitio que hay que ver es el Atomium construido en 1958 con motivo de la Exposición Universal, una estructura impresionante que representa 9 átomos hechos de cristal de hierro, y que se ha convertido por méritos propios en el auténtico símbolo de la capital de Bélgica pues, no en vano, la esfera colocada en la cima está abierta al público.

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Tintín bien vale una misa

Aunque Bruselas cuenta con más de ochenta museos, cuando se dispone de tan poco tiempo es difícil encontrar tiempo para poderlos visitar. De ellos son absolutamente magníficos tres: el museo de los instrumentos musicales, el museo de las bellas artes y el museo del cómic, que rinde tributo a la afición belga por los cómics. Aquí se puede ver todo el proceso de creación de los cómics y también todo lo relacionado con Tintin, el famoso reportero creado por Hergé en 1929, cuyas viñetas han sido traducidas a más de cuarenta idiomas.

Más información | Turismo de Bruselas Fotos | Chemiker, Botanique, Marc Ryckaert, Tador, MatHaldin, Wouterhagens, Dfr, Pemolo, Mileqquen, PixelAnarchy
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