Rincones Frikis de Escocia (y no tan frikis): Haciendo la maleta

Rincones Frikis de Escocia (y no tan frikis): Haciendo la maleta
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Cuando decidimos viajar a Escocia, tuvimos claro que la mejor forma de hacerlo era en plan rutero. Sabíamos que iban a ser muchos kilómetros de coche al día, pero que las vistas iban a hacerlo muy llevadero. Y este es mi primer consejo: olvidaos de viajes programados, alquilad coche o caravana y vivid Escocia a vuestro aire.

Hicimos una lista de los principales sitios que queríamos visitar. Aunque seis días dan para mucho, la cantidad de sitios históricos de Escocia es tan abrumadora que tienes la sensación de que haría falta una vida entera para ver sólo las más importantes. Así que segundo consejo: discrimina un poco, selecciona lo que no quieres perderte, y después intenta visitar algunas más. Yo tenía mis propios favoritos, sacados de películas, libros y demás, esto es el paraíso de los amantes de la fantasía épica.

Y sin embargo, las mejores impresiones nos las dejaron lugares casi secretos, poco visitados, y casi nada comentados. Tercer consejo: no te ates a tu propia planificación, y deja lugar para la sorpresa. En cada recodo, en cada islote, en cada peñasco, los clanes construyeron un castillo, y casi todos pueden visitarse.

En Escocia, al igual que en el resto de Gran Bretaña, hay una infinidad de Bed&Breakfast increíbles, muy cuidados. Son la mejor opción, sin dudarlo, ya que encontrarás un trato extremadamente acogedor (notablemente más que en Inglaterra), y a precios más reducidos que en hoteles. Cuarto consejo: aunque es fácil encontrar camas allí donde te haga falta, conseguirás mejores precios si reservas antes de salir. Te limita un poco la capacidad de aventura, pero te permite centrarte en lo importante: disfrutar del viaje, las visitas y los paisajes.

Alquilar un coche es una buena opción, te da muchísima libertad de movimiento. Nosotros conseguimos una oferta muy ajustada, un Peugeot 308 por 169 euros, por siete días y sin límite de kilómetros. Es fácil conducir por la izquierda, pese al desconcierto inicial. Quizás lo peor sea hacerte con la separación del coche a los bordillos. Ah, quinto consejo: un buen GPS es básico (o “sat nav”, como lo llaman ellos). Por lo general incluyen las coordenadas de casi todos los monumentos y lugares históricos, así que te llevan hasta la misma puerta.

Castillo de Stirling

Historic Scotland es la sociedad nacional encargada de gestionar y conservar los monumentos estatales. Los precios de las entradas suelen ser razonables (entre tres y seis libras por lo general), pero como no vas a visitar sólo un sitio histórico, la factura puede dispararse. Por fortuna, existen varios pases, de diferentes periodos de validez, que te permiten entrar a los lugares más importantes sin pagar. El castillo de Edimburgo son 11 libras, que no pagas con el pase.

Mi sexto consejo es que te hagas con uno de estos pases, no sólo por el ahorro, sino porque facilita mucho la exploración. Cuando teníamos un hueco y no sabíamos qué más visitar, tan sólo mirábamos el folleto, buscábamos el monumento más cercano, y le pedíamos al GPS que nos llevara. Tendrás que ver cuál se ajusta más a tu ruta, los días de viaje, o tus intereses. El más habitual es el “Explorer Pass”.

Otra cosa es que los monumentos cierran temprano. Como muy tarde, a las 17:30 está todo cerrado, y por lo general a partir de una hora dejan de recibir visitas, aunque el cierre sea más tarde. Muchos incluso te dejan fuera si llegas más tarde de las 15:00. En los folletos de los pases te indican los horarios. Así que otro consejo, séptimo: deja para la tarde lo que se pueda visitar sin entrar, como pasear por calles y jardines, descansar o buscar alojamiento si no lo llevabas reservado desde casa.

El ir con coche tiene un problema añadido, y es dónde dejarlo. En los alojamientos suele haber aparcamientos, y también en la mayor parte de los monumentos. Pero en Edimburgo, Stirling y otras ciudades de mayor tamaño, puede salir más a cuenta dejarlo en un parking del extrarradio y acercarte a la ciudad en autobús. Esto es especialmente importante en la capital, puesto que la zona azul es carísima y las multas brutales (propia experiencia). Octavo consejo: ¡que no te pongan una multa de aparcamiento!

En los próximos artículos iré siguiendo el recorrido de nuestro viaje. Fueron 976 kilómetros partiendo de Edimburgo, subiendo por la costa este por Aberdeen, pasando por las Highlands y su capital Inverness, recorriendo hacia el sur el lago Ness, pasando por la impresionante Isla de Skye, y volviendo por Fort William y la impresionante Stirling.

¿Y el sur de Escocia? ¿Y Glasgow? Vaya, sí, dejamos de lado muchas cosas, incluyendo la segunda ciudad de Escocia. Pero tanto Glasgow como Edimburgo son más asequibles de ver en un periodo corto, así que las dejamos para otro viaje. Y el sur… bueno, no podíamos visitarlo todo en seis días. Noveno consejo: no te lamentes por lo que no has podido visitar, disfruta de los que sí has visitado.

Como cierre, recuerda otro consejo fundamental, el décimo: no llames “inglés” a un escocés, se tomaría mejor que le escupieras a la cara. Si evitas eso tan sencillo, recibirás un caluroso recibimiento, de una gente que parece deseosa de recibir visitantes y charlar con ellos, especialmente este año, con la celebración del Homecoming 2009. Iré combinando artículos de interés cultural y subcultural, o “friki” como dicen por ahí. ¡Bienvenidos a Escocia! ¡Fàilte!

En Diario del Viajero | Homecoming 2009, el año de Escocia
Más información | Historic Scotland: Explorer Pass
Más información | Historic Scotland: Coordenadas de monumentos para tu GPS

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