13 visitas imprescindibles del Parque del Retiro que no implican jugar a Pokémon Go

13 visitas imprescindibles del Parque del Retiro que no implican jugar a Pokémon Go
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La fiebre por Pokémon Go se ha adueñado del verano de una manera completa y hasta inesperada, por la magnitud que ha alcanzado. Todo el mundo quiere aprovechar a los jugadores que se recorren sus ciudades cazando Pokémon, y desde tiendas a museos han buscado la manera de atraer a los entrenadores Pokémon, o de restringir el uso del juego en sus instalaciuones que de todo hay.

Hace unos días saltó a las noticias la celebración de una pokequedada en Madrid para salir a cazar a esos monstruos de bolsillo virtuales. Se buscaba superar la organizada en Sydney, y el lugar elegido era el Parque del Retiro (con una breve parada inicial en la Puerta del Sol, porque el Ayuntamiento de Madrid no dio el visto bueno a la convocatoria inicial), que se ha convertido en el sitio preferido para jugar a Pokémon Go. Pero hay muchas más cosas que ver allí, aparte de aerodactylos.

El Monumento a Alfonso XII y el estanque

Alfonso Xii

Tal vez, lo más fácilmente reconocible del Parque del Retiro sea el Monumento a Alfonso XII que preside su estanque. Inaugurado en 1922, presenta al rey Alfonso XII a caballo, en una estatua de bronce obra de Mariano Benlliure, y está rodeado por treinta columnas y grupos escultóricos en la base de la columna que representan la paz, la agricultura o las ciencias. Es un lugar de reunión muy concurrido del parque, y también es el sitio favorito de los jugadores de Pokémon Go porque por allí hay muchas pokeparadas y cebos para atraer nuevos pokémon.

El estanque es más antiguo. Se creó durante la primera mitad del siglo XVII, como uno de los elementos más importantes de los jardines del Buen Retiro que el rey Felipe IV había impulsado. Mide 280 metros de largo y 140 de ancho y, en su momento, se representaban allí batallas navales. Ahora, se pueden alquilar unas barcas para remar en él, y es posible ver patos y carpas en sus aguas.

Paseo de las Estatuas

Paseo Estatuas

Si se entra al Retiro desde la calle Alfonso XII, casi enfrente del Casón del Buen Retiro, se accede directamente al Paseo de las Estatuas, construido en el siglo XIX durante una reorganización del parque y el barrio a su alrededor promovida por Isabel II. Las estatuas que le dan su nombre fueron realizadas en el siglo XVIII, para ser colocadas sobre las cornisas del Palacio Real. Representan a los reyes de España hasta ese momento, desde cuatro emperadores romanos a reyes sólo de León o de Aragón, por ejemplo, y en lugar de situarse en el palacio, terminaron repartidas entre el Retiro y la Plaza de Oriente.

Palacio de Cristal

Palacio Cristal

Otra de las vistas más emblemáticas del parque es el Palacio de Cristal, construido en 1887 como una estufa fría (de la que existe una operativa en Madrid en el Parque Juan Carlos I) para albergar plantas tropicales como parte de una exposición internacional sobre Filipinas. A su alrededor se diseñó también un jardín de estilo inglés, de donde provenía también la inspiración del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco para el palacio. Detrás de él se encuentra otro edificio diseñado por el mismo aqtuitecto, el palacio de Velázquez, y ambos son actualmente sedes de exposiciones temporales del Museo Reina Sofía.

Fuente del Ángel Caído

Angelcaido

De todas las estatuas que hay repartidas por el Retiro, la del Ángel Caído es una de las más conocidas. Es obra de Ricardo Bellver, que la esculpió en 1879, y representa a Lucifer en el momento de ser expulsado del cielo. Inicialmente, Bellver la realizó en yeso para la Exposicion Nacional de Bellas Artes de 1877, en la que gana la Medalla de Oro. Después, se funde en bronce para participar en la Exposición Universal de París, y acaba expuesta en el Retiro, sobre una fuente construida ex profeso, por impulso del entonces director del Museo Nacional. En la glorieta del Ángel Caído estuvo la Fábrica de Porcelanas de la China de Carlos III, destruida durante la Guerra de Independencia contra Napoléon.

La Rosaleda

Rosaleda

A principios del siglo XX eran muy populares los certámenes de rosas, así que, en 1914, el alcalde de Madrid encarga al jardinero jefe del Retiro, Cecilio Rodríguez, la creación de un lugar en el parque en el que esos concursos puedan celebrarse. Así se construye la Rosaleda, que tuvo que remodelarse en 1941, pues fue destruida durante la Guerra Civil. A su alrededor hay estatuas de personalidades del Madrid del siglo XIX, como el compositor Federico Chueca o el médico Miguel Tolosa-Latour.

Bosque del Recuerdo

Bosque Recuerdo

Formado por 22 olivos y 170 cipreses, el Bosque del Recuerdo conmemora a las 192 víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 en la estación de Atocha, incluido el policía fallecido días después, en Leganés, durante la búsqueda de los terroristas. Por esa razón, se encuentra en una zona del parque conocida como La Chopera, más próxima a la Glorieta de Carlos V y a la estación de Atocha. Fue inaugurado en 2005.

Jardines del Parterre

Parterre

Fueron construidos por Felipe V en el siglo XVIII, cuando tuvo que instalarse en el Palacio del Buen Retiro tras el incendio del Alcázar de Madrid, y lógicamente, su inspiración son los jardines de los palacios franceses. Isabel II remodeló algunas partes en 1841. Allí es posible ver un ciprés, traído desde México, que tiene más de 400 años y que es, posiblemente, el árbol más antiguo de todo el parque.

Fuente de los Galápagos

Galapagos

Si entramos al Retiro por la entrada de la Puerta de Alcalá (la Puerta de la Independencia) y caminamos en dirección al estanque, nos encontraremos con la Fuente de los Galápagos, llamada así por las cuatro tortugas de fundición colocadas en la base. Se construyó en 1831 para celebrar el nacimiento de Isabel II, pero originalmente no estaba en el parque, sino en lo que era la Red de San Luis, en la confluencia de las calles Gran Vía y Montera. Se trasladó al Retiro en 1879.

Jardines de Cecilio Rodríguez

Ceciliorodriguez

Construidos en 1941 como una extensión de la Casa de las Fieras, tienen una puerta y un vallado que los separa del resto del parque. En la actualidad son utilizados, a veces, por el Ayuntamiento de Madrid para recepciones y otros actos protocolarios, y en ellos es posible ver pavos reales.

Casa de las Fieras

Casafieras

En los siglos XVIII y XIX, el Retiro se unió a la tendencia de otras capitales europeas de incluir pequeños zoos en sus parques con lo que se conoce popularmente como la Casa de las Fieras, un conjunto de edificios, situados cerca del Paseo de Carruajes (donde se celebra todos los años la Feria del Libro), que albergaban leones, monos, osos y otros animales que llegaban desde las colonias españolas.

Atravesó varias épocas de bonanza y de crisis, siendo la más aguda durante la Guerra Civil. En la Segunda Guerra Mundial, recibió animales de varios zoos alemanes para salvarlos de los combates, y en 1972 se clausuró ante la inauguración del zooológico de la Casa de Campo. En la actualidad, la Leonera es una biblioteca municipal, y pueden verse todavía la Osera y el Foso de los Monos, situados en lo que hoy se llama Jardines de Herrero Palacios.

Ermita de San Isidoro

Ermita

Cerca de la Puerta de Madrid, casi en la esquina entre las calles O'Donnell y Menéndez Pelayo, es posible ver las ruinas de una ermita del siglo XI traídas desde Ávila a finales del siglo XIX. Correspondían a la iglesia de San Pelayo y San Isidoro e, inicialmente, iban a ser instaladas en el Museo Arqueológico Nacional. La dirección del centro, sin embargo, consideró que el emplazamiento en los jardines del museo no era apropiado y las cedió al ayuntamiento, que las Situó en el retiro en 1896.

Casita del Pescador

Casita Pescador

En las proximidades de la ermita hay un pequeño estanque coronado por la Casita del Pescador, construida en el siglo XIX para que formara parte del Reservado de Fernando VII, una zona del parque que el monarca dedicó para el disfrute de su familia cuando repobló y reconstruyó el Retiro tras la Guerra de Independencia. Las tropas francesas lo habían utilizado como campo de tiro y baluarte defensivo, u había quedado en muy mal estado.

Casa de Vacas

Casa De Vacas

Muy cerca del estanque grande y del templete de música, y fácilmente accesible desde la salida del metro, lo que hoy es un centro de exposiciones empezó en el siglo XIX como una alquería para las hijas de Fernando VII. De hecho, hubo vacas allí hasta finales del siglo XIX. Sería reconstruida en el siglo XX, después del paso de un ciclón (algo muy inusual en Madrid), y pasaría a utilizarse como café. En la década de 1960 fue la sala de fiestas Pavilion, destruida en un incendio en 1983. El Ayuntamiento pasó entonces a hacerse cargo de ella y la transformó en sala de exposiciones.

Imágenes | Derick Leony, pegatina1, Vitorcius, Ernesto Sierra, Felipe Gabaldón, Carlos Delgado (CC BY-SA 3.0), Federico Jordá, Xauxa, Viviendo Madrid, Marta Nimeva Nimeviene, losmininos, Gonzopowers
En Diario del Viajero | Tres paseos por el Madrid de la Guerra Civil

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