¿Dónde podemos surfear la ola más larga del mundo?

Perú es un país lleno de misterios y particulares a nivel mundial. Por ejemplo, la ciudad más remota vía tierra es Iquitos, pues no dispone de carretera alguna que la conecte con centros urbanos relevantes. También es uno de los países con mayor diversidad biológica y mayores recursos minerales del mundo.

Y ahora los surferos tienen en Perú su destino idóneo. ¿Os imagináis surfear una ola durante tres minutos ininterrumpidamente? Eso es lo que ofrece la ola más larga del mundo.

La ola eterna

La ola más larga del mundo se encuentra, concretamente, en Puerto Chicama, en el noroeste de Perú, una encatandora ciudad costera. La ola es tan larga que crece durante más de dos kilómetros antes de romper.

La ola es tan importante aquí que, incluso, el gobierno peruano decidió proteger por ley la zona de Puerto Chicama para no construir edificios que perturbaran la ola a la hora de romper en la línea de la costa. Con todo, el riesgo de que nos quedemos sin ola larga debido a los intereses comerciales e inmobiliarios de la zona es elevado.

Cada tramo de la hora, además, tiene su propio nombre. El tramo más cercano a la costa (150-200 metros) se llama “Malpaso”. La segunda sección (600 metros) se llama “Keys”. Luego viene de “The Point” (1 kilómetro). Y por último se encuentra “El Hombre”.

El singular Perú

Perú, además de ofrecer lugares alucinantes como el popular Machu Picchu, también es el hogar del primer observatorio solar de América. Chankillo es una fortificación enclavada en la costa que, en realidad, según un estudio de la revista Science de 2007, es el primer observatorio solar de América (2 400 años de antigüedad): las 13 torres que erizan el monte Chankillo en el centro del complejo marcaban el desplazamiento del Sol para determinar ciertas fechas.

Por último, no puedo dejar de mencionar los cráneos cónicos hallados en las necrópolis de la región de Paracas, en el suroeste de Perú, cráneos que se parecen a los de los alienígenas de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal o a los de los protagonistas de esa simpática película de Dan Aykroyd titulada Los caraconos.

La cultura que floreció en esta región, desde el 700 a.C hasta el 200 de nuestra era, alargaba sus cráneos hasta darles aspecto cónico presionando la cabeza de los niños con tablas. Al parecer, esta brutal práctica solo estaba reservada a una élite social.

Vía | Canal Viajes

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