Parece Venecia pero es España: el pueblo que puedes recorrer en barco a través de sus canales

Si hay algo que define a España como destino turístico es su inagotable capacidad para sorprender, incluso a los viajeros más experimentados. Desde pueblos que parecen desafiar las leyes de la física hasta murallas romanas que rivalizan, o incluso superan, a las que se conservan en la propia Italia, nuestro país es un mosaico infinito de maravillas por descubrir.

Y entre todas ellas, hay un lugar que asombra y encanta a partes iguales: Empuriabrava. Situada en el golfo de Rosas, en plena Costa Brava catalana, esta localidad, conocida popularmente como la "Venecia española", despliega un singular entramado de más de 25 kilómetros de canales navegables, lo que la convierte en la marina residencial más grande de Europa.

Su encanto, además del llamativo conjunto que forman los canales y las viviendas, radica en sus detalles: gran parte de las casas dispone de su propio muelle privado, y es habitual ver embarcaciones de todos los tamaños amarradas a las puertas. Además, puedes alquilar el tuyo para recorrerlo a tu aire, una experiencia inolvidable, sin duda alguna.

Empuriabrava, la marina residencial más grande de Europa

La historia de esta singular localidad se remonta a finales de los años 60, cuando sobre antiguos terrenos de marismas del Parque Natural de Aiguamolls de l’Empordà se gestó un ambicioso proyecto urbanístico. Inspirados en las ciudades acuáticas como Venecia y Miami, los promotores crearon un enclave donde las viviendas privadas pudiesen disponer de amarres directos a sus puertas. Hoy, Empuriabrava combina ese espíritu pionero con una infraestructura turística de primer nivel, manteniendo un delicado equilibrio con su entorno natural protegido.

La vida cotidiana aquí transcurre con normalidad, aunque la presencia constante del agua le da un toque distintivo. Por las mañanas, es común ver a los vecinos desplazarse en pequeñas embarcaciones, ya sea para salir al mar Mediterráneo o para hacer compras en las tiendas locales, aunque también se puede recorrer por las aceras.

Cuando llega la temporada alta, la localidad se llena de vida, pero sin perder su aire relajado. Los mercados semanales, las boutiques náuticas y los centros de actividades acuáticas forman parte del paisaje cotidiano, mientras que el cercano parque natural ofrece una zona ideal para quienes buscan un contacto más directo con la naturaleza.

Y si uno mira un poco más de cerca, descubre curiosidades que hacen de Empuriabrava un destino aún más singular. Por ejemplo, alberga uno de los centros de paracaidismo más prestigiosos de Europa, Skydive Empuriabrava, que atrae tanto a deportistas de élite como a curiosos en busca de emociones fuertes. Y, a pesar de su fama turística, la localidad mantiene una población de cerca de 7.000 habitantes durante todo el año, conformada en gran parte por una comunidad internacional que ha encontrado aquí su hogar.

Qué hacer en Empuriabrava

Para quienes visitan por primera vez (o para los que regresan), las opciones son tan variadas como sus canales. Un paseo en barco es, sin duda, la mejor manera de descubrir el entramado acuático de la ciudad, mientras que los amantes de la adrenalina pueden lanzarse en paracaídas y disfrutar de vistas panorámicas inigualables.

Las playas de arena fina, como la Platja d’Empuriabrava, son ideales para relajarse o practicar deportes náuticos. Y, a escasos minutos, el Parque Natural de Aiguamolls de l’Empordà invita a explorar su rica biodiversidad a pie o en bicicleta, en un entorno que contrasta con la vida animada de los canales.

Para quienes buscan un toque cultural, la vecina Castelló d’Empúries conserva un encantador casco antiguo medieval que aporta un contrapunto histórico y auténtico, completando así una experiencia redonda.

Y para los apasionados de la historia, la visita a las Ruinas de Empúries es una parada imprescindible. Este yacimiento arqueológico, situado a poca distancia, permite recorrer los restos de una antigua ciudad grecorromana frente al Mediterráneo. Pasear por sus calles milenarias, sus mosaicos bien conservados y su foro romano es como abrir una ventana al pasado, ofreciendo una perspectiva fascinante sobre las civilizaciones que habitaron esta costa siglos atrás.

Imagen | costabrava.org

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