Si vas a Cantabria, tienes que visitar esta espectacular playa con rocas de más de 90 millones de años

Hay lugares en donde el paisaje parece tener su propio lenguaje. Sin necesidad de explicaciones, las rocas, la forma de la costa o los colores del mar, te dan pistas sobre una historia antigua que sigue visible, como escrita en piedra.

En la costa occidental de Cantabria, muy cerca de Santander, existe un rincón donde esta sensación es especialmente intensa porque ninguna foto que hayas visto previamente es capaz de hacerle justicia: hablamos de La Playa de la Arnía, un lugar donde la geología y el mar han creado juntos un paisaje que no deja indiferente y que se ha convertido en uno de los sitios más visitados de la costa cántabra.

No en vano, este tramo de litoral ha sido reconocido como Geoparque Mundial de la UNESCO, un reconocimiento internacional que pone en valor no solo su belleza, sino su relevancia científica. Este incluye más de 20 kilómetros de costa con un extraordinario patrimonio geológico que permite estudiar cómo se formó la actual costa cantábrica. En la Arnía, es especialmente evidente la transición entre materiales de distintas eras geológicas, y se pueden ver formaciones que los expertos utilizan como referencia para explicar fenómenos geológicos a nivel mundial.

Playa de la Arnía, o como ser testigo de la historia de la tierra a través de sus rocas

La Playa de la Arnía se encuentra entre Liencres y Soto de la Marina, en el municipio de Piélagos. A pesar de no ser una playa muy grande, sorprende desde el primer momento por su peculiar morfología. Su paisaje está dominado por grandes formaciones rocosas que emergen del mar y los acantilados, en algunos casos con formas tan afiladas o inclinadas que cuesta creer que sean naturales.

Estas estructuras, compuestas principalmente por caliza del Cretácico, tienen más de 90 millones de años y son el resultado de una combinación de fuerzas tectónicas, sedimentación marina y erosión costera.

Una de las características más llamativas del lugar son los llamados pliegues sinclinales y anticlinales visibles a simple vista, que muestran cómo las capas de roca se han deformado por el empuje de las placas tectónicas. También se pueden observar formaciones tipo flysch, donde estratos de roca dura y blanda se alternan, creando un efecto visual muy característico.

Una playa con dos caras

Por Einaz80 - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, Enlace

Aunque muchas personas asocian la Arnía con un paisaje rocoso y abrupto, lo cierto es que también cuenta con una zona de arena dorada y fina, especialmente visible durante la bajamar. Esta parte es perfecta para tumbarse al sol, bañarse o dejar que los niños jueguen en la orilla. Las aguas suelen ser limpias y claras, aunque el oleaje puede variar según el viento y la marea, por lo que es recomendable estar atentos al estado del mar.

En los extremos de la playa, hay pequeñas pozas naturales entre las rocas que se forman con la marea baja, ideales para explorar con calma o incluso para el snorkel, ya que la fauna marina es bastante rica.

Por supuesto la diversidad de la zona hace que la Arnía sea un buen punto de partida para rutas senderistas por los acantilados cercanos. Se puede caminar hacia el este en dirección a la Playa de Portío o al oeste hacia el Parque Natural de las Dunas de Liencres, con vistas constantes al mar y formaciones rocosas espectaculares en el camino. Sin embargo, el mejor plan es sentarte a admirar el paisaje, la variedad de matices que ofrece el atardecer y disfrutar del espectáculo con el sonido del mar como banda sonora. No necesitarás nada más.

Imagen | Portal Oficial de Turismo de Cantabria

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