Es una de las grandes olvidadas, pero esta ciudad andaluza esconde maravillas históricas poco conocidas

Liliana Guerra

Hay ciudades que no aparecen en las guías más populares y, quizá por ello, conservan ese halo de secreto que tanto atrae a quienes disfrutamos explorando destinos poco conocidos. Son lugares que, casi sin proponérselo, nos ofrecen un viaje al pasado, donde cada esquina guarda un detalle histórico capaz de sorprendernos como si nos estuviera esperando.

Andalucía es una fuente inagotable de estos tesoros y esta época del año es ideal para dejarse llevar y descubrirlos. Andújar, en la provincia de Jaén, es uno de esos rincones singulares: ciudad fronteriza durante la Edad Media y con raíces que se remontan a los tiempos íberos y romanos, hoy se muestra como un verdadero mosaico de culturas que han ido dejando huella en su trazado urbano.

Basta con dar los primeros pasos por su casco histórico para comprenderlo y toparse con la primera revelación: esta ciudad reúne tantos edificios y monumentos que resulta prácticamente imposible recorrerlos en un solo día.

Andújar, una tierra llena de olivos y de historia

Iglesia de San Miguel | Luis Rogelio HM - Flickr, CC BY-SA 2.0, Enlace

La mejor forma de recorrer Andújar es dejarse llevar por una ruta pausada. La mañana puede comenzar en la Iglesia de Santa María la Mayor, levantada en el siglo XV sobre una antigua mezquita y con una mezcla de estilos que va del gótico al renacimiento. En su interior se conservan retablos barrocos y en la capilla mayor, el cuadro del Greco, Oración en el huerto. Desde allí, el paseo puede continuar hasta la Iglesia de San Miguel, cuyo origen mudéjar aún se aprecia en los arcos apuntados. Su emblemática torre de ladrillo fue construida a finales del siglo XVI pero ha sufrido numerosas modificaciones, la más importante tras el terremoto de Lisboa en 1755.

Muy cerca se alza el Palacio de los Niños de Don Gome, con su fachada barroca del siglo XVII y su interior convertido en museo, y, un poco más adelante, la Torre del Reloj, del siglo XIII, que formaba parte de las murallas medievales y donde actualmente se encuentra la oficina de turismo de la ciudad. 

Justo al llegar a la Plaza de España, corazón social de la ciudad, aparece otro de los edificios más singulares: el actual Palacio Municipal, que en su origen fue la Casa de Comedias. Construida en el siglo XVII, se utilizaba como espacio teatral siguiendo el modelo de los corrales de comedias barrocas, y con el tiempo fue transformándose para albergar la sede del Ayuntamiento. Hoy, aunque su función es administrativa, conserva esa impronta cultural que lo convierte en un símbolo vivo de la historia de la ciudad.

Palacio Municipal de Andújar

Pero la lista no termina ahí, ya que el casco histórico de Andújar está salpicado de numerosos edificios que con los que es posible extender la ruta durante bastante tiempo. La Iglesia de Santa Marina, de origen medieval, conserva todavía el aire solemne de los templos más antiguos, mientras que el Antiguo Convento de Jesuitas recuerda el peso que la orden tuvo en la vida cultural y religiosa de la ciudad. También destacan la Parroquia de San Bartolomé y la Iglesia de Santiago, ejemplos magníficos de la arquitectura eclesiástica local. 

Entre las joyas civiles, llaman la atención la Casa de los Albarracín, el Palacio de los Sirvientes de Mieres, la Casa Palacio de los Segundos de Cárdenas, el Palacio de los Cárdenas o la Casa de los Pérez de Vargas y Morgaz, residencias señoriales que nos hablan de la influencia de las grandes familias nobiliarias de la zona. Tampoco hay que olvidar la Capilla del Cristo de la Agonía, pequeña pero de gran devoción popular, ni el monumental Arco de Carlos III, una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad. Y como telón de fondo, lo que queda de la antigua muralla árabe, testimonio de su pasado medieval y recordatorio de que Andújar fue, durante siglos, una ciudad de frontera.

Otros planes imprescindibles en Andújar

La experiencia, sin embargo, no termina en sus calles. Andújar se abre paso entre un inmenso mar de olivos que no solo dibuja el paisaje, así que acercarse a una almazara a conocer de primera mano cómo de la aceituna se obtiene este “oro líquido” que da fama mundial a la provincia de Jaén es visita obligada. Además, muchas ofrecen catas donde se aprenden a distinguir sus matices y se disfrutan sabores únicos. Por supuesto, no hay mejor souvenir que llevarse a casa una botella de aceite, auténtico símbolo de esta tierra.

Y si aún queda tiempo, lo mejor es adentrarse en el Parque Natural Sierra de Andújar, un santuario de naturaleza donde, con algo de suerte, se puede divisar al esquivo lince ibérico o escuchar la berrea de los ciervos al atardecer. Y cómo no mencionar una de sus fiestas más internacionales: la Romería de la Virgen de la Cabeza, una de las más antiguas de España, que en primavera llena de color, música y devoción los caminos hacia su santuario en la sierra. 

Imágenes | Jaén Paraíso Interior

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