Tren del Alt Llobregat

Cuando un viaje en tren se mide en minutos o en cientos de kilómetros por hora, plantearse un recorrido distinto sobre los railes permite revalorar este medio de transporte como opción netamente turística.

El Ferrocarril Turistic de l'Alt Llobregat o Tren del Cemento ha sido reabierto el verano pasado para disfrute de los turistas. Esta ruta, abierta en terreno montañoso casi hasta las fuentes del río Llobregat, viaja desde la estación de Pobla de Lillet hasta la estación de Castellar de n'Hug, a lo largo de 32 hermosos kilómetros casi siempre bordeando el río.

Fue en el año 1910 cuando se planteó la creación de una línea férrea que permitiera el transporte del cemento desde la explotación del conde Eusebio Güell. En agosto de 1914 se inaugura el servicio de pasajeros para completarse hasta la última estación, diez años más tarde. Su pequeña locomotora a vapor (que puede verse en la primer estación) trabajó incansablemente hasta que en 1963, la ruta fue clausurada definitivamente.

Viajar en alguno de sus 2 coches descubiertos, es asomarse a la belleza de una rica zona de bosques y aguas cristalinas. En la estación Pobla de Lillet puede uno acercarse a su iglesia parroquial y, con un poco más de tiempo, hasta el Monasterio de Santa María a sólo un par de kilómetros del centro. Aquí también puede verse una magnífica obra de Gaudí: el Chalet de Catllarás. Desde aquí el tren sigue el recorrido del río Llobregat hacia la estación de los Jardines Artigas, encargados por el industrial Joan Artigas Alart a Antonio Gaudí. Estos jardines, olvidados durante muchos años, son una obra maestra del gran artista. Las grutas rocosas del lugar y las aguas del río, juegan un papel importantísimo en manos de Gaudí. Encontraremos aquí los elementos clásicos de su arquitectura: las formas de la Naturaleza, las barandillas y los alicatados de piedras rotas o trancadis, y magníficos parterres de plantas.

La siguiente estación es la de Castellar de n'Hug a corta distancia del Museo del Cemento Asland. Es aquí donde el conde Güell fundó su explotación cementera en 1910, conocida como el Clot del Moro. El museo es un ejemplo típico de la arquitectura catalana de principios del siglo XX y nos muestra los distintos pasos de la elaboración del cemento.

Aprovechemos nuestro tiempo libre por esta zona, para caminar los alrededores y llegarnos hasta las fuentes del río Llobregat por un bello camino rodeado de bosques y guiados por el murmullo de las aguas.

El Tren del Alt Llobregat nos regalará un día sorpendente e inesperado de relax, contacto con la Naturaleza y hermosas obras creadas por la mano y el esfuerzo del hombre.

Vía | Ferrocarril Turistic

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