Islas Eolias: Salina

Con sus 962 metros de altura, la isla de Salina es el punto más elevado de las Eolias, incluso por encima del volcán Stromboli. Fuera de la temporada estival, a finales de octubre, Salina parece una isla perdida que sorprende por su absoluta oscuridad y sosiego a las seis de la tarde.

Salina es una delicia para realizar multitud de excursiones a pie y deslumbrarse con el espectáculo natural que nos ofrecen las Eolias. Su posición central en el archipiélago nos permite tener contacto visual con el resto de las islas.

Tras la llegada al puerto de Santa María Salina hay varias opciones para acceder a los diferentes hoteles de la isla, incluido el muy recomendable alquiler de coches o motocicletas, puesto que los diferentes pueblos y lugares de interés están comunicados entre sí mediante tortuosas carreteras que se deslizan por las laderas de los cráteres. A pesar de que en plena temporada turística las aglomeraciones son más habituales, Salina ofrece al visitante, a finales de octubre, una completa tranquilidad y un contacto permanente con la naturaleza.

Esta isla se presenta a sí misma como la más verde, tranquila y sostenible del archipiélago y se esfuerza por retener una parte de su forma de vida tradicional, sin olvidar el turismo.

Una de las excursiones más recomendables en Salina es el ascenso al Monte Fossa delle Felci, el punto más elevado de la isla. Aunque hay varios itinerarios posibles desde los diferentes municipios, se puede llegar hasta Valdichiesa en coche o autobús. Desde ese punto se toma el camino al santuario de la Madonna del Terzito y a partir de allí se realiza un trayecto a pie de unas dos horas que nos permite acceder al cráter desde donde se divisa todo el archipiélago e incluso Sicilia.

Desde Malfa se accede por carretera a otra de las visitas obligadas en la isla Salina, el cráter de Pollara. El espectáculo natural que se nos ofrece desde el mirador situado al pie de la carretera que conduce a Pollara es sobrecogedor. El pueblo se encuentra en el centro del mayor y más antiguo de los cráteres de todas las Eolias, hoy en día parcialmente hundido en el mar. Las pequeñas edificaciones blancas al estilo eoliano, resguardadas por el anfiteatro de las paredes internas del cráter, se orientan hacia el acantilado que se precipita violentamente al mar, con fantásticas vistas a las islas de Filicudi y Alicudi.

Desde Pollara podemos acceder, a través de un camino únicamente transitable a pie, a la idílica playa de arena negra situada a los pies del acantilado.

Más información | La Sicilia

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