Viajar a través de los sabores


Muchas veces, y por diversas razones, es imposible viajar al destino deseado. Falta de dinero o de tiempo pueden detener al viajero y dejarlo varado en casa por tiempo indeterminado.

Pues hace poco descubrí que, a pesar de que hace algunos meses que no salgo del país, he estado viajando sin saberlo y en muy grata compañía. Planeando el viaje por teléfono o vía correo electrónico con muy poca anticipación, poniéndonos de acuerdo con nuestros compañeros de ruta con pocas palabras y disfrutando al máximo de la experiencia. Una experiencia corta, pero muy positiva.

Claro, es que he estado viajando a través de los sabores.

Y es esta una interesante manera de descubrir destinos sin moverse de tu ciudad. De descubrir, a través del paladar, las distintas culturas, las diferentes tradiciones, las preparaciones, recetas e ingredientes que los países o regiones eligen para sus platos.

Es que, con un grupo de amigos, y sin darnos cuenta, comenzamos hace un tiempo un viaje a través de la gastronomía aprovechando la gran oferta que, en ese sentido, ofrece nuestra ciudad.

De esta manera, ya hemos viajado por Armenia, Arabia, China, Japón, Perú, Francia, Alemania, Venezuela, Brasil, Italia, México, España y hasta por diferentes regiones de la Argentina, entre otros lugares. Vamos, que debería llevar un diario del viajero gastronómico porque estoy completamente segura de que me he olvidado de varios destinos.

Claro que es muy probable que probar algunos platos a tantos kilómetros de su lugar natal haga que los sabores sean un tanto diferentes debido a que, muchas veces, algunos ingredientes son reemplazados por otros similares que sí se consiguen en el mercado local. Pero, sin dudas, estos paseos gastronómicos son una interesante manera de acercarse a diferentes culturas de una forma distinta, sin necesidad de pagar por un ticket de avión o por un hotel. Además, acompañados de amigos.

Un buen consejo es el de buscar restaurantes cuyos dueños o cocineros sean naturales del lugar cuya gastronomía representan. No dudo que un español pueda hacer buena comida peruana, pero qué mejor que un peruano haciendo su propia comida ¿Verdad?

Otro buen consejo es no dejarse llevar por los sitios de moda y concurrir a los restaurantes a los que concurre la colectividad de la nacionalidad cuyos platos se desean probar.

Viajar sin moverse de la ciudad, con amigos y en pocas horas es posible. Todo gracias a los sabores que pueden transportarte a varios kilómetros del sitio en el que te encuentras sentado.

Foto | María Sol Rizzo
En Diario del Viajero | Top 10 de ciudades para los amantes de la gastronomía

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