Museo de Orsay, París

El Museo Nacional de Orsay es uno de mis preferidos en París. No sólo el contenido vale muchísimo la pena: el edificio en sí es una maravilla. Parece mentira que hace un siglo circularan trenes por su interior... Diseñada por Victor Laloux para la Exposición Universal de 1900, era una estación de ferrocarril, aunque dejó de funcionar en 1939.

Estuvieron a punto de demolerla en la década de los 70, cuando llevaba demasiados años abandonada, aunque por suerte se rehabilitó y se reabrió en 1986, ya como museo. Situado a la orilla izquierda del Sena, muy cerca del espectacular Puente Alejandro III, ofrece una de las postales más bellas de la capital francesa.

Una de las ventajas del Orsay respecto al inmenso Louvre es que se puede recorrer completo en un solo día, sin cansarse y sin dejarnos nada por ver. La colección, en gran parte proveniente del Louvre, ocupa tres niveles.

En la planta baja encontraremos obras del siglo XIX, hasta 1870. Aquí, bajo la inmensa nave central, hay gran cantidad de esculturas de materiales y tamaños variados (Carpeaux, Daumier, Degas, Rodin…). El nivel medio muestra un fabuloso art nouveau decorativo (quizá sea esta la sección que más me guste) y pinturas y esculturas de fines del XIX y mediados del XX. El nivel superior, el más concurrido, alberga la colección de arte impresionista y postimpresionista. Monet, Manet, Renoir, Cézanne y Van Gogh son aquí las estrellas indiscutibles.

El museo cuenta con cafetería y un restaurante impresionante. Vale la pena, si hemos entrado a media mañana al museo, comer en él y seguir la visita después tranquilamente. El salón está decorado de una manera exquisita, y sus platos no se quedan atrás. Eso sí, no esperemos un menú a 9 euros como en el barrio latino, aunque los precios tampoco se disparan, y un día es un día...

El Orsay es el tercer museo nacional francés en cuanto a visitantes se refiere, por lo que las colas para entrar están aseguradas. Sin embargo, hacerse con la Paris Museum Pass nos puede ahorrar esta engorrosa espera, y sobre todo si pensamos entrar a otros museos o monumentos, sale muy muy rentable, no sólo en tiempo, sino también para nuestro bolsillo.

Sitio Oficial | Musée d’Orsay

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