Hay paisajes capaces de provocar una especie de "reset" interior, lugares que apagan el ruido mental con solo mirarlos y se graban para siempre en esa galería íntima de imágenes que nunca se borran. Probablemente el que ocupa este artículo tiene ese poder, aunque para comprobarlo, tienes que verlo con tus propios ojos.
Hablamos del Salto del Nervión, una cascada que no solo impresiona por su altura, la más alta de la Península Ibérica con 222 metros de caída libre, sino también por el sobrecogedor entorno que la rodea.
Más que una simple caída de agua, es una experiencia que combina la fuerza de la naturaleza con unas estampas increíbles: su belleza no se limita al instante en que el agua se precipita por el abismo, sino que también está en los acantilados que lo enmarcan, en el cañón que lo recoge y en la historia geológica que lo ha ido moldeando durante millones de años.
El Salto del Nervión: una joya geológica que merece la pena "atrapar"
Una de las características más llamativas de esta cascada es que no siempre lleva agua, ya que depende de las lluvias y del deshielo, ya que el terreno que lo alberga es bastante poroso y cuando hay poca agua, esta se filtra. Sin embargo, cuando el caudal lo permite, el espectáculo es mayúsculo: una fina cortina que cae sin obstáculos desde lo alto del desfiladero de Delika, en un entorno que parece sacado de la prehistoria.
El mirador principal, de fácil acceso desde el aparcamiento de Fuente Santiago, se encuentra sobre el propio acantilado, protegido por una pasarela que permite admirar el vacío de forma segura. Desde allí, la vista del salto y del valle es impresionante. Para quienes deseen una caminata más larga, existen varias rutas de senderismo que recorren el Parque Natural Monte Santiago, declarado Espacio Natural Protegido por la Junta de Castilla y León. Una de las más populares es la que parte desde el Centro de Interpretación y atraviesa un bosque de hayas centenarias que parecen custodiar el secreto de este rincón escondido.
Además del Salto del Nervión, la zona es rica en fauna y flora. Es frecuente ver buitres leonados sobrevolando el cañón, así como corzos, jabalíes y, con algo de suerte, el esquivo gato montés. También es una zona perfecta para los amantes de la fotografía de naturaleza, ya que las nieblas matinales, los atardeceres dorados y la verticalidad del terreno ofrecen escenarios difíciles de igualar.
Cómo llegar y cuál es la mejor época para visitarlo
El acceso más habitual es desde el municipio burgalés de Berberana, tomando la carretera BU-556 que lleva directamente al aparcamiento de Fuente Santiago y desde donde hay que caminar unos 30 minutos. Desde Vitoria se tarda poco menos de una hora en coche, lo que lo convierte en una escapada perfecta de un día. También se puede acceder desde Orduña, en Álava, aunque el camino es más escarpado y requiere más tiempo si se hace a pie (aunque el paisaje lo compensa). Por último tenemos la posibilidad de visitarlo desde abajo haciendo una ruta desde la localidad de Delika.
El mejor momento para visitar el Salto del Nervión es entre finales de otoño y principios de primavera, cuando las lluvias y el deshielo aumentan las posibilidades de ver la cascada en todo su esplendor, aunque para estar completamente seguros, lo mejor es comprobarlo previamente, ya sea siguiendo el hashtag #saltodelnervion a través de las redes sociales, o llamando a la Oficina de Turismo de Amurrio). En verano, el salto suele estar seco, pero el valor paisajístico del lugar sigue siendo impresionante y ofrece rutas más frescas y agradables que otros destinos peninsulares.
Imagen de Salto del Nervión