El Muro de Adriano: un muro fronterizo que habría hecho las delicias de Donald Trump

Los pictos era un conjunto de tribus que habitaban el norte y centro de Escocia, al norte de los ríos Forth y Clyde, desde al menos los tiempos del Imperio romano hasta el siglo X. Eran granjeros que vivían en pequeñas comunidades que vivían de la agricultura y sobre todo de la ganadería.

Y también tenían la costumbre de incursionar en los territorios del emperador Adriano allá por el siglo I, por eso mandó construir un muro de 117 kilómetros de largo, semejante que al Donald Trump aspira a construir ahora. Un muro que todavía podemos visitar.

Patrimonio de la Humanidad

Esta muralla construida por el emperador Adriano a fin de repeler a los pictos se convirtió finalmente en la frontera de la provincia romana Britannia con los territorios del norte. Estuvo operativa hasta el siglo IX, cuando fue abandonada.

Muchas de las piedras que se usaron para su construcción fueron retiradas y reutilizadas por los habitantes de la región para levantar sus casas. Con todo, aún sobreviven algunos tramos, y se pueden visitar: no en vano, y desde 1987, el Muro de Adriano pertenece a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, a la que se sumaría el Limes de la Alta Germania-Retia (2005) en Alemania y el Muro Antonino (2008) en el Reino Unido, con el que forman la denominación conjunta "Fronteras del Imperio Romano".

La muralla tenía como función también mantener la estabilidad económica y crear condiciones de paz en la provincia romana de Britannia al sur del muro, así como marcar físicamente la frontera del Imperio romano. Aunque construido por las legiones y vigilado por tropas auxiliares, el valor del muro estaba en su capacidad de regular los límites de la vida civilizada, de canalizar los intercambios entre el suelo romano y el bárbaro.

La muralla en sí estaba construida en su totalidad con sillares de piedra, tenía un grosor de 2,4 a 3 m y una altura de entre 3,6 y 4,8 m. Contaba con 14 fuertes principales y 80 fortines que albergaban guarniciones en puntos clave de vigilancia.

Finalmente, podemos decir que este muro fronterizo romano es la muralla más larga de toda Europa. "English Heritage", una organización gubernamental a cargo del patrimonio histórico de Inglaterra, lo describe como "el monumento más importante construido por los romanos en Gran Bretaña".

«Fui el primero que trazó un muro, de ochenta mil pasos, para separar a los bárbaros de los romanos», afirma Adriano en la Historia augusta. Por su parte, los pictos conformarían en el siglo X el primer reino de Escocia, llamado Reino de Alba.

El muro merece la visita por el paisaje en el que está construido, y por la historia que subyace a él, pero si hemos de ser sinceros, visualmente no es nada impactante y muchos los confundirán con un muro que separa dos granjas.

También te puede gustar

Portada de Diario del Viajero

Ver todos los comentarios en https://www.diariodelviajero.com

VER 0 Comentario