Ruta para recorrer los Valles Calchaquíes, Argentina

El extremo noroeste de la Argentina ha sido desde siempre un sitio de tráfico entre el corazón andino de América del Sur y las extensas latitudes del sur. Aquí encontramos grandes atractivos turísticos y es uno de los rincones que mas visitantes extranjeros atrae.

A partir de la ciudad de Salta, capital de p¡la provincia del mismo nombre, comienza una ruta de paisajes y valores culturales únicos: los Valles Calchaquíes. Hoy nos acercamos hasta estas tierras para recorrer esta ruta.

Como dijimos, comenzaremos en la ciudad de Salta y terminaremos en la ciudad de Cayate. En el camino se recorren un conjunto de poblados y áreas naturales de mágica belleza. Aquí un detalle de los principales puntos recomendados para hacer la ruta de los Valles Calchaquíes.

Pero primero... ¿Qué significá "calchaquí"? Los calchaquíes eran miembros de una nación diaguita, un pueblo indígena de la zona que hizo frente a las tropas española a lo largo de 100 años a partir de 1562. Los desfiladeros, quebradas, csenderos y cumbres de esta ruta fueron los escenarios de aquellos enfrentamientos.

Catedral de Salta

Comencemos por Salta: aquí tenemos que visitar la Iglesia y el Convento de San Francisco; el original Cabildo, la Catedral Basílica (uno de los mas bonitos del país). Desde Salta también sale el famoso Tren a las Nubes, que asciende hasta 4.200 metros de altura.

Siguiendo la ruta 68, el siguiente destino es Cerrillos, a sólo 15 kilómetros de Salta. Si llegas en el verano austral (diciembre a marzo) vivirás los preparativos para la gran fiesta local: el Carnaval. Esta ciudad se encuentra rodeada por cultivos de tabaco y cereales.

La Ruta Nacional 68 desemboca luego en la localidad de La Merced, donde hay que visitar al Santuario del Señor de Sumalao, cerca de la confluencia del tranquilo río Arias con el impetuoso río Rosario, a 40 kilómetros de la capital. Estamos en el Valle de Lerma y en este punto aislado se reúnen miles de personas en las peregrinaciones locales especialmente para la "Fiesta Grande", el séptimo domingo de Pascua.

Más adelante, aparece El Carril, un típico poblado del Valle de Lerma, el cual conserva antiguas casonas y arraigadas tradiciones gauchescas como las que se exhiben cada marzo durante el Festival de Canto y Jineteada.

Allí se hace un breve alto en el camino para continuar por Ruta Nacional 68 a Cafayate o por la Ruta Provincial 33 con destino a Cachi.

Si se continúa hacia Cafayate el siguiente destino es Coronel Moldes, una ciudad apenas destacada por su antigua iglesia parroquial. Entre las actividades turísticas se encuentra la pesca deportiva de pejerreyes y dorados en el río Juramento; caza deportiva en los cerros circundantes; y deportes náuticos en el cercano Dique Cabra Corral.

Apenas unos cinco kilómetros más adelante se encuentra Ampascachi, antiguo asentamiento de una tribu aborigen.

El itinerario continúa luego por La Viña, un poblado elegido por los jesuitas, encargados de cultivar los primeros viñedos de la zona. Apenas unos kilómetros antes también puedes visitar la Finca El Carmen, donde se conserva un viejo trapiche.

La antesala de los Valles Calchaquíes es la denominada Quebrada de las Conchas, que se extiende a lo largo de unos 83 kilómetros sobre la Ruta Nacional 68.

El camino atraviesa allí caseríos aborígenes como las Ruinas de Quitilipi; construcciones de adobe en las Curtiembres y algunas viviendas semisepultadas. El distintivo del lugar son las extravagantes formaciones naturales que tomaron los nombres de Anfiteatro, Garganta del Diablo, Obelisco y Casa de los Loros, entre otros.

Sobre la ruta te encontrarás con Los Médanos o dunas, pequeños arenales blancos con composición de mica calcárea (mineral), ideal para recorrer las noches de luna llena ya que la luz se refleja en el suelo.

Finalmente, se llega a Cafayate uno de los centros turísticos más importantes de la provincia de Salta rodeado de ríos, médanos y viñedos que producen la cepa del Torrontés, una variante mundialmente reconocida por sabor, cuerpo y color. Además, podrás visitar las bodegas de la zona disfrutar alguna degustación de sus vinos blancos y afrutados.

Desde allí, algunas de las visitas imperdibles son a San Isidro, donde se conservan cuevas con pinturas rupestres; el Museo Regional y Arqueológico Rodolfo Bravo, con más de mil piezas que relatan el origen local; y, un molino jesuítico que funciona desde hace 350 años.

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