El Parque y el Templo del Cielo, en Beijing

Situado en un gran parque que hace las delicias de aquellos que visitan Beijing, se encuentra el Templo del Cielo, un lugar al que no haremos mal en reservar al menos medio día cuando planifiquemos nuestro viaje a la capital de China.

Y es que, al margen del propio templo, Tiantan Gongyuan es una magnífica zona de jardines y árboles donde resulta de lo más agradable pasear, alejado del tráfico y la polución, y rodeado de familias o aficionados al Tai Chi.

En el interior del parque se encuentra la joya que le da nombre, el Templo del Cielo: un conjunto de edificios que, construido en el siglo XV, fue empleado por las dinastías Ming y Qinq para pedir buenas cosechas en primavera y agradecer los frutos en otoño.

El complejo es espectacular, destacando por su belleza el Pabellón de Sala de Oración por la Buena Cosecha, de vistosos colores rojo, azul y amarillo, y forma redonda en representación de la infinitud del universo.

Como curiosidad, sabed que las columnas de su interior representan las estaciones y los meses del año, aunque quizá lo más sorprendente sea que la estructura se sostiene por sí misma, sin ningún tipo de viga, clavos o cemento.

Otros edificios destacables del complejo son el Altar Circular, con una acústica que permite que si alguien habla en su parte central, su voz se proyecte hacia todos sus ángulos, y la Bóveda Imperial del Cielo, rodeada por el Muro del Eco, que como podréis adivinar recibe este nombre también por sus propiedades acústicas.

Sin duda el Templo del Cielo de Beijing es un lugar de visita obligada para acercarnos a la cultura, arte y arquitectura de la civilización china. Pero no olvidemos dedicar unas horas al parque: sin duda, uno de los más agradables de la ciudad.

Foto | Trey Ratcliff En Diario del Viajero | El templo taoísta de Dongyue en Beijing, El mausoleo de Mao Zedong en Beijing

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