Murcia es tal vez una de las regiones más desconocidas a nivel turístico en España, aunque guarda una sorprendente cantidad de tesoros ocultos. Famosa por su huerta y por las aguas tranquilas del Mar Menor, esta comunidad es en realidad un paraíso natural donde la costa, las montañas y los paisajes rurales se entrelazan en un conjunto casi perfecto.
Entre estos lugares existe uno de uno de los paisajes más singulares de toda la península: las Gredas de Bolnuevo, unas impresionantes formaciones rocosas que emergen del suelo como enigmáticas esculturas y que forman la también conocida como "Ciudad Encantada de Bolnuevo".
Este paisaje, que parece salido de otro planeta y contrasta de forma espectacular contra el azul intenso del Mediterráneo, es en realidad el fruto de millones de años de paciente trabajo de la naturaleza. No es de extrañar que en 2019 fuera declarado Monumento Natural de la Región de Murcia, un reconocimiento que pone en valor su exótica belleza.
Gredas de Bolnuevo, una obra de arte esculpida por el agua y el viento
Su historia comienza hace unos 5,3 millones de años, cuando en plena formación del Estrecho de Gibraltar, las aguas del Atlántico comenzaron a inundar la cuenca que daría vida al actual Mar Mediterráneo. Durante aquel proceso, los sedimentos marinos se fueron depositando capa sobre capa y empezaron a levantar los relieves de arenisca que hoy contemplamos.
Con el paso del tiempo y la acción constante del viento, la lluvia y las corrientes marinas, estas rocas blandas fueron tomando formas caprichosas, como si la naturaleza las hubiera esculpido a su antojo. Hoy, sus siluetas invitan a cada visitante a dejar volar la imaginación, revelando figuras distintas según los ojos que las miran.
Aunque popularmente se conocen como "las setas" porque es lo que recuerdan a primera vista, este paisaje puede revelar nuevas formas en cada momento del día, característica que ha ayudado a consolidarlas como un símbolo visual de la región.
Cómo llegar y qué hacer en la Gredas de Bolnuevo
Las Gredas se encuentran en el municipio de Mazarrón, a unos 6 kilómetros del centro urbano, con acceso directo desde la carretera RM-332. La entrada es libre y gratuita, pero merece la pena hacerlo tanto al amanecer como con los últimos rayos de la tarde, ya que estos resaltan las texturas y matices ocres de las formaciones.
Además de disfrutar del espectáculo visual que ofrecen, a escasos metros se encuentra la playa de Bolnuevo. Allí se pueden encontrar restaurantes, chiringuitos y zonas de aparcamiento, lo que facilita una jornada completa combinando naturaleza y relax (y gastronomía, que en este aspecto Murcia también tiene mucho qué ofrecer).
Aunque llegar allí es sencillo y se trata de una visita perfecta para hacer en cualquier momento del año, es recomendable abstenerse cuando llueve por la cantidad de barro que se forma. Además, hay una recomendación que las autoridades locales insisten en recordar: a pesar de su apariencia robusta, estas formaciones son frágiles y vulnerables tanto a la erosión natural como a la actividad humana, por lo que es fundamental disfrutarlas con respeto para contribuir así a su conservación.
Imagen | Gabriel Conde Arias-Camison - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, Enlace