Un paseo asombroso: visita a las Cuevas dels Hams en Porto Cristo, Mallorca

Hace unos diez millones de años en el interior de estas tierras empezó a formarse una cueva extraordinaria, que permaneció oculta hasta hace bien poco. Hoy podemos adentrarnos en los secretos de la geología y disfrutar de un paseo mágico por las Cuevas dels Hams en Porto Cristo, Mallorca.

Fue en 1905 cuando el espeólogo Pedro Caldentey descubrió las grutas y decidió habilitarlas para su recorrido, convirtiéndolas en las primeras cuevas visitables de España, allá por 1910. Y lo hizo instalando un sistema eléctrico innovador para el momento, algo que en la actualidad se ha desarrollado hasta lograr una atractiva simbiosis entre tecnología y roca.

De este modo, el paseo entre estalactitas, columnas, pilares y aguas subterráneas nos ofrece varias paradas. Pero antes de sumergirnos en las entrañas de la roca, impresiona la bajada a las grutas, la “cueva redonda”, un gran bostezo de tierra tapizado de la más variada vegetación, un jardín botánico que ya refresca el ambiente en plena ola de calor.

A continuación pasamos a la Cueva Azul, donde agradecemos el recibimiento de unos 20 grados de temperatura (prácticamente constantes a lo largo del año) y una iluminación mágica. Allí, una proyección ilustra sobre la historia de Mallorca y el descubrimiento de las Cuevas dels Hams. Y del azul al rojo, ya que nos trasladamos a la Boca del Infierno para contemplar “Genesis”, un trepidante viaje en time lapse desde el origen del Universo a nuestros días. Y esta vez la enorme pantalla es un lienzo rocoso, la propia pared de la gruta.

Regresamos momentáneamente al exterior para seguir el recorrido, esta vez por la “ruta clásica” de la cueva principal, con varias paradas en 12 galerías. Unas grabaciones en varios idiomas van explicando las características de cada sala y un guía acompaña al grupo en todo momento.

De la Sala de las Lechuzas, así llamada porque en el momento de su descubrimiento estaba llena de estas aves, al Paraíso Perdido, donde podemos imaginar las figuras de un belén, son pequeñas galerías, algunas con depósitos de agua y con formaciones de todo tipo: estalactitas y estalagmitas, banderas, columnas...

Y un tipo muy especial, poco visto y que da nombre a las cuevas. Las alactitas XXXX son una clase de formación peculiar, que descienden del techo pero no acaban en vertical o unidas al suelo, sino que se elevan de nuevo desafiando a la gravedad y tomando la forma de anzuelo, “ham” en catalán: cuevas dels Hams o cuevas de los anzuelos.

En el pequeño Mar de Venecia las curiosas formaciones rocosas se reflejan en un espejo perfecto. Hasta que las aguas se mueven debido a una pequeña barca que las atraviesa. Estamos al mismo nivel del soleado Mediterráneo, a unos dos kilómetros de distancia, aunque en estos momentos nos parezca estar mucho más lejos, en otro mundo.

Y aquí nos espera la última sorpresa que aúna tecnología y naturaleza con un resultado cautivador: un homenaje a Mozart con el espectáculo audiovisual creado ex profeso para las Cuevas dels Hams. Una selección de fragmentos de sus óperas (“Don Giovani”, “La flauta mágica”), música de cámara, sinfonías, la marcha turca... surgen de la cueva en sintonía con las imágenes que se proyectan adaptándose a las rocas como un guante de luz.

El Cementerio de las Hadas y el Palacio Imperial son las últimas paradas antes de que el calor nos golpee de nuevo. En total, hemos recorrido unos 800 metros XXXX en una visita de aproximadamente una hora de duración. Se puede hacer fotos sin flash a lo largo de todas las galerías y los distintos guías ayudan a resolver dudas y saciar curiosidades.

La entrada a las Cuevas del Hams cuesta 21 euros, 10’50 para los niños (entre 5-12 años), aunque existen descuentos que podemos descargar de su web y otros tipos de rebajas (residentes, estudiantes…). El horario es de 10 de la mañana a las 17 horas (en invierno, hasta las XXXX) y se realizan visitas cada 15 o 30 minutos, dependiendo de la afluencia de público.

Respecto a los servicios de las Cuevas dels Hams, hay un amplio aparcamiento, restaurante-cafetería, con zonas de picnic y sombra en el exterior, wifi gratis (claro que solo en zonas con cobertura), así como baños en la parte de bajada a la cueva, un bar, y no podía faltar la pequeña tienda de recuerdos a la salida.

En definitiva, las Cuevas dels Hams en Porto Cristo han sabido adaptarse a los tiempos ofreciendo un recorrido no solo de naturaleza, también de espectáculo audiovisual, con una iluminación y unos montajes envolventes que adquieren todo su significado en un entorno muy especial.

Fotos | Eva Paris
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