Compañero de rutas argentinas: el Gauchito Gil

Sin relación con religión alguna, más próximo a creencias paganas que a la Iglesia, en Chile y sobre todo Argentina, el Gauchito Gil es el compañero de ruta de camioneros y viajeros. La vida y muerte del gaucho Antonio Mamerto Gil, más conocido como el Gauchito Gil, o simplemente, el Gauchito, ha inspirado varias leyendas y generado una fuerte veneración en los dos países andinos.

¡Pero loco, pará, pará! A qué viene esto del Gauchito, debe preguntarse el que no haya estado en Argentina o Chile, o no haya viajado mucho por sus carreteras. Resulta que, a lo largo de los miles de kilómetros que recorren el sur de Latinoamérica, continuamente se ven mini santuarios pintados en rojo y decorados con banderas del mismo color, al que los creyentes que pasan por la ruta dedican una mirada, un toque de bocina o una oración.

¿Quién fue el Gauchito Gil?

Hay varias teorías sobre su vida y muerte. Un gaucho que marchó a la guerra y fue condenado por desertor, un ladrón, un bandolero... Pero todas coinciden en algo: antes de morir instó a su verdugo a que, una vez muerto, pidiera al Gaucho Gil un milagro y éste lo realizaría.

Al escribir las líneas anteriores, tuve probablemente la misma sensación que tú al leerlo, que no estamos más que ante otra historieta inspiradora de fe. Y puede que así sea, pero es tal la magnitud del movimiento en torno a la figura del Gauchito Gil, que las carreteras se están llenando de santuarios rojos, también las ciudades y hasta en pleno centro de Buenos Aires, en Capital Federal, hay casitas y banderas rojas del Gauchito.

Visitando y saludando al Gauchito

Su muerte tuvo lugar el 8 de enero de 1878, a unos siete kilómetros de Mercedes, en la provincia de Corrientes, en Argentina. Y precisamente allí, cada 8 de enero se celebra el día del Gauchito. En 2015 acudieron más de 250.000 personas a visitar su santuario principal en la ruta 123, con colas de automóviles que superaban los veinte kilómetros y esperas de hasta cuatro horas.

Fuera quien fuera el Gauchito, muriese como muriese, sus devotos le atribuyen la realización de los milagros y favores que con fe -y promesas- le encomendaron. Una de las más frecuentes es visitar su santuario en Mercedes si es que se cumple el milagro, o hacerlo una vez cada año.

Tabaco y vino para el Gauchito

Puede que influyan los miles de kilómetros que se recorren en Argentina, días monótonos de conducción por la quietud de la pampa donde vencer el sueño y la propia supervivencia se convierten en una tarea compleja. En cualquier caso, los que en él creen, le saludan al pasar con un toque de claxon, le llevan cigarros y vino y confían en que el gaucho de pelo largo y bigote siga siendo tan benevolente como lo ha sido hasta ahora.

No es la única creencia popular en las rutas

La fusión de elementos religiosos y paganos también juega su papel en la imagen del Gauchito. Delante de una cruz, en vez de crucificado, pelo suelto, pero también bigote; sin corona de espinas, y en su lugar, una cinta roja a juego con el pañuelo.

Además del Gauchito, aunque con menor número de seguidores, existen otros compañeros de ruta como la Difunta Correa, San La Muerte o Ceferino Namuncurá.

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