El camino serpentea entre cerros y pueblos perdidos en el noroeste argentino. Los paisajes andinos de las provincias de Salta y Jujuy, guardan las tradiciones del antiguo pueblo aymará y dejan sin aliento a los visitantes que llegan hasta este rincón profundo de Latinoamérica.
El terreno impone un ascenso vertiginoso, salvado gracias a las vueltas y revueltas de un camino no apto para quienes sufren con estas subidas.
La cuesta de Lipán corresponde a un tramo zigzagueante y empinado de la Ruta Nacional 52, ubicada en el departamento de Tumbaya, Provincia de Jujuy, República Argentina. El camino que recorre la cuesta tiene su origen en la localidad de Purmamarca y alcanza la altura máxima de la carretera en el Abra de Potrerillos a 4.170 metros de altura, desde donde la RN52 continúa por las Salinas Grandes hacia el Paso de Jama.
Superar esta cuesta tiene premio, desde los varios puntos panorámicos se tienen vistas asombrosas de los cerros del altiplano argentino. El campo que recorre los Valles Calchaquíes (la ruta 9) se cruza con la ruta 52 en la pintoresca localidad de Purmamarca, conocida por los restos de antiguas civilizaciones en sus alrededores. Desde allí, comenzamos a ascender para atravesar la montaña y encarar el tramo hacia las Salinas Grandes.
Una de las rutas paisajísticas más extremas de la Argentina que merece una visita pausada, para apreciar la belleza árida y dura de esta tierra y adaptarse al lento caminar del tiempo.