Diez razones para viajar a Mallorca en invierno

No todo es sol y playa en Mallorca. Con un invierno suave, existen muchas razones para ir a Mallorca en invierno y hoy que se aproxima la estación, que los hoteles han quitado el cartel de "completo" y que es posible encontrar playas desiertas y miradores que nos esperan como protagonistas, os contamos diez de ellas.

Apenas reconozco la Mallorca que retrató George Sand en "Un invierno en Mallorca", porque considero que, aunque puede haber algún mes duro, el clima es generalmente benigno. Tuvo mala suerte, sin duda. Yo que he vivido varios inviernos en Mallorca he comprobado que la isla, incluso, tiene algunas ventajas respecto a la temporada alta. Veamos diez razones para ir a Mallorca en invierno.

Una Mallorca diferente a la de temporada alta, menos ruidosa, más verde, con los campos helados o teñidos de blanco y rosado con los almendros en flor, los paisajes de la isla cambian pero igualmente hipnotizan.

  • Ver nieve en la Sierra de Tramuntana es uno de los recuerdos más hermosos y sorprendentes que tengo de aquella época en la que observaba cada rincón de Mallorca por primera vez, fascinada y enamorada. Valldemossa es una parada imprescindible en cualquier época del año, es uno de los pueblos más bonitos de España y en invierno nos puede regalar una preciosa estampa nevada. La Serra de Tramuntana es el lugar que más frecuentemente recibe nieve cada invierno, pero en ocasiones se puede ver un manto blanco en todo el Pla, en la Serra de Llevant e incluso en Palma de Mallorca.
  • Disfrutar de las mejores terrazas sin agobios. En zonas como Santa Ponsa, Puerto Alcúdia, Cala Mayor... puede resultar difícil y ruidoso encontrar una mesa junto al mar en temporada alta. Pero esos mismos asientos chil out, ese mismo rumor de las olas, esos mismos aperitivos nos esperan en invierno en primera fila, sin agobios, sin prisas, pudiendo escoger el mejor sitio.

  • Pasear por la playa. Porque no todo es bañarse: recorrer la orilla del mar es una experiencia fabulosa, correr, pararse a almorzar, jugar con la familia o amigos... No tenemos chiringuitos, pero ya nos llevamos nosotros un buen bocadillo. No son necesarias las sombrillas para protegernos del sol y podemos instalarnos en cualquier lugar a disfrutar del mar sin fin, sin apretujones en la arena. En los días soleados, no nos resistiremos sumergir en el Mediterráneo aunque sea los pies.

  • Hacer senderismo. Los días se hacen más cortos, pero a cambio no tenemos que refugiarnos en las horas centrales del día para hacer determinadas actividades. El senderismo es una de ellas y en Mallorca hay cientos de rutas para todos los caminantes, con distintos niveles de dificultad. El Torrente de Pareis, el camino del Archiduque, la subida de Randa hasta el Monasterio de Cura, peregrinar al Monasterio de Lluc… son algunas de las caminatas más populares que podremos disfrutar en los buenos días de invierno.

  • Cada verano que tengo que ir a "ciutat" intento dejarlo para última hora de la tarde. Con el calor, se hace difícil recorrer la ciudad pero en invierno es muy agradable descubrir Palma bajo el sol, el Palacio Real, la Seu o Catedral, la Plaza Mayor, el Gran Hotel, el castell de Bellver... Hay mucho que ver en un día en Palma de Mallorca y si la temperatura es agradable se disfruta mucho más.

  • Espacios naturales, a cualquier hora. Lo mismo que sucede con Palma nos pasa en verano a la hora de visitar sus espacios naturales. Las horas centrales del día, mejor para valientes. En cambio, los días soleados de invierno nos permiten disfrutar de los paseos en lugares como S'Albufera, la Península de Llevant... Para visitar la isla Sa Dragonera o Cabrera se reducen las frecuencias, pero siempre hay alguna empresa que ofrece la excursión (siempre que el tiempo lo permita).

  • Mallorca en bicicleta. Si caminar por la isla en invierno es una grata experiencia, no lo es menos ir a dos ruedas. Las carreteras están menos transitadas y el calor no es sofocante. Podemos descubrir muchos lugares de la isla en bicicleta y asomarnos a sus mejores miradores para tener la mejor foto, abrigados, eso sí, pero con la compañía que nosotros decidamos.

  • Si eres amante de los deportes náuticos, en invierno existen muchas empresas que no cierran sus puertas. La oferta es menor, pero podrás disfrutar de la brisa fría del invierno en un mar tranquilo y menos transitado.

  • No podemos sentir el calor del sol intensamente, pero sí el del fuego en algunas fechas señaladas. Algunas fiestas de invierno nos trasladan a la tradición isleña más arraigada, a los "foguerons", "torradas" o barbacoas, a los "dimonis" y "correfocs"... No os perdáis la fiesta de Sant Antoni en Sa Pobla y Sant Sebastià en Palma de Mallorca. La gastronomía tradicional también nos espera en estas fiestas para entrar en calor...

  • Por último, cómo no, ir en invierno a Mallorca supone un ahorro de dinero. Los vuelos son más baratos, así como los hoteles. Está claro que no encontraremos tanta oferta para alojarnos, pero muchos etablecimientos abren durante todo el año y los precios son considerablemente más baratos que en temporada alta.

Estas solo son diez razones para viajar a Mallorca en invierno, y que hoy en un día otoñal con tintes veraniegos me ha dado por añorar. Seguro que tú, si conoces la isla en esta época del año, tienes alguna razón más.

Fotos | Andrés Nieto Porras, Miquel Frontera, María Rosa Ferre, Andrés Nieto Porras en Flickr-CC y Eva Paris
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