Roma: el Castillo de Sant'Angelo

Roma, la ciudad eterna, tiene una enorme cantidad de puntos por visitar, algunos tan conocidos como la Fontana di Trevi, la Piazza Navona, los Museos Vaticanos o el Coliseo. Otro de los lugares que merece la pena ver en la capital italiana es el Castillo de Sant'Angelo (o Castel Sant'Angelo).

Siguiendo por el Lungotevere Gianiccolense, si estamos en el Trastevere, o por la Via della Conciliazione, viniendo de la Ciudad del Vaticano, se llega hasta el Castel Sant'Angelo. Este edificio fue construido hacia el año 139 d.C. y fue concebido inicialmente como el mausoleo personal y familiar del emperador Adriano, razón por la cual también se le conoce como el Mausoleo de Adriano.

Sin embargo, el mausoleo de Adriano después cumplió también la función de fortaleza militar durante el siglo XIV. Y esta nueva función hizo que el edificio se viera bastante deteriorado y perdiera mucha de su decoración, particularmente con el ataque de los godos a Roma. Por tanto, una buena parte de las figurillas de piedra y estatuas que decoraban antes el castillo no se pueden apreciar hoy en día.

Esto sonará familiar a quienes hayan leído el libro Ángeles y Demonios de Dan Brown: una de las curiosidades de este castillo, que es escenario de una parte de la historia, es que desde él parte un pasadizo fortificado (o passeto) que conectaba Sant'Angelo con el Vaticano, cuestión que se explica quizás por el hecho de que el castillo también cumplió la función de residencia papal.

Al salir de aquí, nos encontramos con el Ponte Sant'Angelo. Este puente peatonal sobre el río Tiber fue construido también por el emperador Adriano, y se lleva el título de uno de los puentes romanos más bonitos. Ya en el siglo XVII, Bernini fue el encargado de su decoración, que consiste en varias estatuas de ángeles a ambos lados. Desde allí, una muy buena vista del castillo.

Pero si por algo vale la pena una visita a este monumento, además de lo interesante del edificio, es por las vistas que ofrece de la ciudad. Desde la terraza, donde se encuentra la gran estatua de San Miguel hecha en bronce, una espectacular vista sobre Roma y el Vaticano. Y, aunque no es barato, si quieren pueden sentarse en el bar de la terraza a tomar algo disfrutando del panorama.

Este lugar se puede visitar de martes a domingo, entre las 09:00 y las 19:00 horas, y la entrada cuesta 5 euros.

Fotos | Flickr de Erman Akdogan y CasteFoto En Diario del Viajero | San Pietro in Montorio: lo monumental en pequeña escala En Diario del Viajero | Roma (I) En Diario del Viajero | Roma (II)

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