Ya tengo la vista puesta en el verano. Aunque no hemos podido deshacernos de los abrigos ni del paraguas, mi mente ya está buscando los rayos de sol y los chapuzones refrescantes en el mar. Diría que la imagen que se agolpa en mi cabeza es la que veis en la parte superior: casas blancas deslizándose por una ladera hasta casi tocar el mar, una piscina natural tallada en las rocas y el sol tiñendo de oro el agua.
Bueno, en realidad esta estampa no es producto de mi imaginación: se trata de Azenhas do Mar, un pequeño y encantador pueblo en la costa de Sintra que parece salido de una postal y que, sin embargo, sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de Portugal.
Escenario de películas y campañas publicitarias gracias a su fotogenia incomparable, este sitio ofrece mucho más que una estampa idílica: el ambiente de un pequeño pueblo costero y la tranquilidad que ofrece una pequeña población de menos de 1.000 habitantes.
Azenhas do Mar, mucho más que una imagen de película
A solo unos kilómetros de Lisboa, Azenhas do Mar recibe a quienes le visitan con una historia ligada a los antiguos molinos de agua (las azenhas), que durante siglos aprovecharon las corrientes que bajaban por la escarpada ladera hacia el mar. Aunque ya no quedan molinos en funcionamiento, el carácter auténtico del lugar se respira en cada rincón.
Aunque es un pueblo pequeño, hay mucho por disfrutar. La piscina natural es, sin duda, el lugar perfecto para un baño mientras las olas rompen a pocos metros: ideal para familias o para quienes buscan una experiencia de mar segura y única, mientras que su casco histórico, lleno de fachadas blancas adornadas con azulejos, invitan a paseos tranquilos entre cuestas, miradores y esquinas que ofrecen un encuadre de postal.
Obviamente la foto imprescindible es la que se obtiene del pueblo en conjunto, que se hace desde el mirador situado en la Rua Dr. António Brandão de Vasconcelos y al que se puede acceder en coche desde la carretera o subiendo unas escaleras desde la playa.
Desde allí mismo se puede hacer senderismo por los acantilados que conectan con otras playas cercanas como Praia das Maçãs y Praia da Aguda, donde el paisaje salvaje del Atlántico es simplemente espectacular. También es un lugar ideal para practicar surf en sus playas vecinas o incluso hacer una ruta en bicicleta por la línea costera.
Sabores que no debes perderte
Y si el apetito aprieta, la gastronomía de Azenhas do Mar es motivo suficiente para quedarse a comer. Aunque no hay muchos restaurantes, no faltan opciones maravillosas (y dicho sea de paso, más económicas que en Sintra), para probar la caldeirada de peixe, un guiso marinero que reúne diferentes tipos de pescado en una base sabrosa y aromática. También son típicos los percebes y las lapas (moluscos locales), que se sirven como entrante en los restaurantes junto a una copa de vino blanco bien frío.
Otro plato que no falla es el arroz de marisco, preparado al estilo portugués: caldoso, generoso y rebosante de langostinos, almejas y mejillones. Y para acompañar, nada mejor que un vino de la región de Colares, uno de los más singulares de Portugal, fruto de viñas que crecen en suelos arenosos cerca del mar.
Llegar es sencillo: desde Lisboa, basta con conducir unos 40 minutos hacia Sintra y luego tomar la carretera que serpentea hasta la costa por la N247. También puedes optar por un tren hasta Sintra y completar el recorrido en taxi o autobús. Si vas en coche, la recompensa es poder descubrir otras joyas cercanas como Praia das Maçãs o el imponente Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa.
Imagen | Visit Sintra