Paseo por las leyendas del barrio de Santa Cruz, el barrio judío de Sevilla
Pasear por Sevilla es un placer para los sentidos y más aún cuando se recorre uno de sus barrios más tradicionales. Hoy damos un paseo por las leyendas del barrio de Santa Cruz, el barrio judío de Sevilla para descubrir sus calles míticas y sus leyendas más interesantes.
Dentro de poco os hablaré de los Reales Alcázares de Sevilla, -también situados en este barrio- hoy os voy a contar qué encontrar en un Paseo por el barrio de Santa Cruz, donde el tiempo se detiene y las calles nos invitan a quedarnos al menos unas horas.
El Barrio de Santa Cruz, del que hace tiempo mi compañera María Victoria os contaba los más importantes monumentos que tiene esta zona sevillana conocido como la localización de la judería sevillana, es probablemente el barrio más andaluz de la ciudad de Sevilla.
Un paseo por sus calles estrechas, flanqueadas por los naranjos cargados de sus frutos, coches de caballos y patios abiertos donde tras la reja, podemos ver lugares donde soñaba Washington Irving o donde se inspiraron grandes Óperas como Don Giovanni, Carmen o El Barbero de Sevilla, por citar las más representativas entre más de 100 obras de bel canto basadas en la ciudad hispalense.
En estas calles laberínticas llenas de patios estaba la Judería, el barrio donde se agrupaba la comunidad judía por lo que son muchos los cuentos y leyendas que tienen sus calles, recordando aquellos años de nuestra historia, incluyendo la expulsión de los judíos en la época de los Reyes Católicos.
También encontramos plazas, muchos bares y restaurantes donde sobrevivir al calor tomando unas tapitas y grandes "templos" del cante flamenco, frecuentados por turistas y por los propios sevillanos. Merece la pena dar un paseo y descubrir las historias que cuentan sus calles.
Por ejemplo en la calle de la Pimienta, se cuenta que vivía un judío que necesitaba de este ingrediente para un guiso y se lo pidió a un vecino cristiano. Este no tenía pero le dijo "Dios proveerá".
El judío, obviamente incrédulo se retiró sin más, pero milagrosamente, a la mañana siguiente, -según cuenta la leyenda- justo frente a su puerta de casa apareció un árbol de pimienta bien cargado de bayas, lo que hizo que el judío, sorprendido, cambiase de religión.
Otra leyenda es la de la Susona, la bella hija de un jefe judío, que era amante de un militar cristiano. Al enterarse de que los judíos preparaban un complot, les traicionó avisando a su novio cristiano, y como consecuencia, hubo una gran matanza de judíos, en la que casi todos los miembros de su familia -menos ella- fueron muertos.
En la plaza había dos salidas y los que salían por una calle vivían y los que elegían la otra morían. Desde entonces esas calles se llaman calle Vida y calle Muerte y hoy siguen teniendo en Sevilla tal denominación.
Avergonzada por su traición la bella Susona pidió que a su muerte le cortaran la cabeza y la dejasen colgada como muestra de su arrepentimiento. Y así se hizo y se cuenta que su cabeza estuvo muchos años colgada. Hoy hay una reproducción en un azulejo que recuerda la historia de la Susona.
Estas leyendas, más las relativas a Don Juan, el burlador de Sevilla que inspirase la ópera de Don Giovanni de Mozart o la que cuenta las andanzas de Fígaro, el barbero de Sevilla asomado al mirador o balcón son algunas de las que descubrirás paseando por las calles de Sevilla, si eliges dar tu paseo por el mágico barrio de Santa Cruz.
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