La Ley Zanahoria y otras cosas que cambiaron Bogotá (y el mundo) gracias a un hombre con una pistola de plástico

Bogotá es la capital de la República de Colombia. Y gracias a unas ideas pedagógicas de un hombre extravagante, la ciudad sufrió profundos cambios a nivel social, actualizándose las normas de convivencia.

En definitiva, este hombre lavó la cara de una urbe sumida en el caos, con altos índices de crímenes y homicidios, con problemas con el consumo exagerado de alcohol, con elevadas tasas de paro laboral e incluso con problemas de infraestructura, como los dos graves derrumbes en los túneles de Chingaza que conducen el agua a la ciudad.

Pero ¿cómo lo hizo?

Antanas Mockus

Antes de conocer sus heterodoxas propuestas, quizá vale la pena conocer un poco más de cerca al hombre: Antanas Mockus. Nació en Colombia en 1952, aunque es hijo de inmigrantes lituanos y pasó una parte de su vida en Francia, estudiando Matemáticas y Filosofía.

Contrajo matrimonio en una carpa de circo a lomos de un elefante y, mientras fue rector de la Universidad de Colombia, cuando iba a "pelear" con las autoridades para obtener un presupuesto, iba armado con una espada de plástico y también se bajó los calzones en una asamblea estudiantil, acto que le costó el puesto de rector.

Como alcalde, siguió explotando su vena bufonesca (el bufón que usa el humor y lo inesperado para cambiar mentes) vistiéndose con trajes de superhéroe, haciéndose un chaleco antibalas con un orificio en forma de corazón justamente sobre su corazón para así retar a los violentos o incluso improvisando canciones rap. Durante la campaña electoral, arrojó agua a la cara del candidato Horacio Serpa durante un debate para ejemplificar uno de sus métodos pedagógicos.

¿Qué hizo?

Todos estos cambios los llevó a cabo Mockus desde su puesto en la alcaldía de Bogotá, a la que llegó en 1995. Su fórmula era muy innovadora. Por de pronto, conformó su gobierno escogiendo a académicos y no a políticos en los cargos más relevantes de la administración.

Tampoco basaba su política en el castigo ni la penalización del ciudadano a fin de que corrigiese su actitud, sino en el premio y la estimulación. Así, el ciudadano no seguía las reglas de convivencia por miedo sino por convicción, por los beneficios, porque se sentía bien haciéndolo. Bien saben muchos padres que este sistema es el más eficaz cuando el niño no quiere comer el plato de verduras.

Manual de instrucciones para cambiar el mundo

Ley Zanahoria. El alcohol está involucrado en la mayoría de accidentes de tráfico, homicidios y trifulcas. Bien lo saben los islandeses, por ejemplo: la cerveza estuvo prohibida hasta 1989 ante el temor del Gobierno de que los islandeses se volvieran alcohólicos, como acabó ocurriendo tras derogarse aquella suerte de ley seca.

Mockus no aboga por la prohibición, pues sus consecuencias podrían ser aún peores, sino por la regulación. La Ley Zanahoria promulga el cierre de los establecimientos de venta de bebidas alcohólicas a las 1:00 AM, como muy tarde. Este medida se apoyó también con el programa "Saber antes de beber", que orientaba al consumidor sobre las consecuencias del abuso del alcohol. Al poco tiempo, la ley dio sus frutos y todas las muertes y conflictos ligados al alcohol se redujeron considerablemente, sobre todo en los accidentes de tráfico.

Tarjetas ciudadanas. Eran unas tarjetas que estaban pintadas de rojo y con un dedo cuyo pulgar apuntaba hacia abajo en un lado y pintadas de blanco y con una mano cuyo pulgar apuntaba hacia arriba por el otro lado. Se repartieron entre los ciudadanos, que las usaban para indicar a los demás si estaban haciendo algo correcto o incorrecto, al modo de los emperadores romanos.

Otras acciones. Prohibición de la pólvora, para evitar la muerte o las lesiones en niños. Un plan para reducir la posesión de armas. La promoción de eventos culturales en espacios públicos para que la población regrese a los parques y se generé mayor sentimiento de comunidad.

Vía | Innovadores Americanos.org Fotos | Wikipedia