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El pueblo más antiguo de Asturias: tiene hórreos de más de 500 años y un árbol milenario

Horreos De Bermiego
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Liliana Guerra

A veces, los rincones más recónditos esconden tesoros capaces de transportarnos siglos atrás, lugares que parecen detenidos en el tiempo y que invitan a reconectar con nuestras raíces más profundas. Entre montañas verdes y el rumor del viento en los árboles, se alza un pequeño enclave que conserva intacto el pulso de la Asturias rural, un destino perfecto para quienes este verano buscan algo más que sol y playa: la magia de un turismo de interior lleno de historia.

Bermiego, en el concejo de Quirós, es un viaje directo a la memoria viva de la región. Considerado uno de los pueblos más antiguos de Asturias, luce con orgullo un conjunto de hórreos y paneras que superan los 500 años, auténticas joyas de la arquitectura popular asturiana.

Sus estrechas calles empedradas serpentean entre casas de piedra y madera, donde cada detalle parece narrar una historia. Recorrerlo es revivirla y sumergirse en un lugar en donde la vida transcurre casi de la misma forma en la que lo hacía siglos atrás.

Bermiego, un viaje en el tiempo entre hórreos, tejos y rebollos

Bermiego Tejo Tejo de Bermiego | Turismo Asturias

El patrimonio etnográfico de Bermiego es uno de sus atractivos indiscutibles. Además de los hórreos, se conservan lavaderos, fuentes, hornos y molinos, que dibujan un mapa de la vida cotidiana de siglos pasados y que siguen "en activo" actualmente. Pasear por el pueblo es como recorrer un museo al aire libre, con vistas privilegiadas a la montaña quirosana y al Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa, declarado Reserva de la Biosfera.

También merece la pena visitar la iglesia de Santa María ya que conserva prácticamente todos sus elementos originales, entre los que se encuentran la tribuna de madera, el baptisterio y un curioso mueble octogonal que su usaba como confesionario y como púlpito. Justo al lado está uno de los grandes símbolos de Bermiego: su tejo milenario de 13 metros de altura, 6,82 metros de diámetro y 15 metros de diámetro de copa, el cual está declarado Monumento Natural y está considerado como uno de los árboles más antiguos de Europa. Su imponente silueta vigila dicha iglesia y transmite una serenidad difícil de explicar.

No muy lejos de allí, un rebollo centenario añade un toque de frescura y sombra a las rutas que parten desde el núcleo urbano. Estos árboles no son solo maravillas naturales, sino también guardianes silenciosos de leyendas locales y punto de encuentro para generaciones de quirosanos. También son el atractivo de rutas de senderismo diseñadas para conocerlos y que son ideales para quienes quieran disfrutar del aire puro y de panorámicas de postal. Por eso nada más llegar, conviene dejar el coche en el aparcamiento habilitado a la entrada: las calles son tan estrechas que así se evita entorpecer la vida tranquila de sus vecinos.

Se dice que bajo la copa del tejo se celebraban antiguamente concejos y reuniones comunales, y que su longevidad es tal que, si pudiera hablar, narraría la historia de todos los habitantes que han pasado por Bermiego desde tiempos medievales. Un lugar así no solo se visita: se vive, se respira y se recuerda mucho después de haber vuelto a casa.

Imagen | Wikipedia

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