Cuando el frío se instala y el cuerpo pide calma, pocos planes resultan tan tentadores como pasar un día en un balneario: dejarse envolver por el vapor, sentir cómo la temperatura nos devuelve la energía y disfrutar de un entorno natural que invita a bajar revoluciones. Y si ese refugio se encuentra en plena naturaleza, el viaje se convierte en un auténtico regalo para el cuerpo y la mente.
En Alhama de Aragón, un pequeño municipio zaragozano con tradición termal desde tiempos remotos, se encuentra el complejo de Termas Pallarés, cuya joya es un lago termal único en Europa. Se trata de un gran estanque natural alimentado por manantiales subterráneos que mantienen el agua en torno a los 34°C durante todo el año, lo que permite bañarse incluso en pleno invierno. Su superficie, rodeada de jardines y senderos, hace que el entorno tenga un encanto especial, como si fuese un oasis escondido entre montañas.
El lago tiene además una serie de particularidades que lo hacen aún más especial: su agua se renueva de forma natural cada día y medio, lo que garantiza una limpieza y transparencia constantes y en su interior surgen dos pequeñas islas que crean rincones ideales para descansar entre chapuzón y chapuzón.
Balneario Termas Pallarés, un lago con propiedades únicas
El uso de estas aguas se remonta a siglos atrás. Los romanos ya aprovechaban las propiedades del lugar y, posteriormente, los musulmanes bautizaron la zona como "Alhama" por la abundancia de baños naturales. Pero la imagen que hoy conocemos comenzó a tomar forma en el siglo XIX, cuando se construyeron los primeros hoteles y el casino que dio fama al enclave, atrayendo a viajeros ilustres y convirtiéndolo en un símbolo del termalismo español. De hecho pasear por sus edificios decimonónicos todavía transmite esa estética elegante y pausada que invita a quedarse más tiempo del previsto.
Su profundidad ronda los dos metros, lo que permite nadar, flotar o simplemente dejarse llevar mientras el cuerpo se relaja de forma casi inmediata, mientras que sus aguas, de mineralización media y ricas en bicarbonatos, sulfatos, calcio y magnesio, se consideran beneficiosas para aliviar tensiones musculares, mejorar la circulación y contribuir al bienestar cuando se sufren enfermedades reumáticas. No es casual que muchos visitantes lleguen en busca de un alivio a estas y otras dolencias.
El complejo cuenta además con hoteles e instalaciones termales que amplían la experiencia: saunas, duchas especiales, pozas de diferentes temperaturas, zonas de vapor y espacios de relajación. Todo está diseñado para recrear una visión moderna de las viejas termas romanas y convertir la visita en un pequeño ritual de bienestar.
Cómo llegar y cuánto cuesta disfrutar de este balneario
Alhama de Aragón está a algo más de una hora de Zaragoza y a unas dos de Madrid, lo que lo hace ideal incluso para una escapada de un día. Una vez en el pueblo, el balneario está perfectamente señalizado.
Los huéspedes alojados en los hoteles del complejo pueden acceder al lago de manera gratuita durante toda su estancia. Para quienes no quieren pernoctar, existen entradas de media (12,50 euros), o jornada completa (22 euros), con tarifas reducidas para niños y opciones más económicas en el horario de tarde. Eso sí, se debe reservar con antelación, sobre todo en fines de semana o festivos.
Imágenes | Balneario Termas Pallarés
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