Conociendo al baobab

Conociendo al baobab
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Hay imágenes que inmediatamente nos hacen referencia a un lugar. Hoy, con sólo ver la silueta del baobab, nos ponemos en marcha hacia Africa.

Hay especies de árboles, como el baobab africano, que sin llegar a alcanzar alturas muy elevadas, tienen una anchura que nada tiene que envidiar a las grandes secuoyas. La adansonia digitata es una especie nativa del las regiones semiáridas del Africa Sub-Sahariana, aunque ha sido introducido en numerosos países tropicales. Su altura rara vez sobrepasa los 20 metros, pero su tronco puede superar los 10 de diámetro. El baobab es como un enorme tonel que almacena hasta 120.000 litros de agua.. El baobab es una especie muy útil para los pueblos africanos. Da un fruto llamado pan de mono, del tamaño de un pequeño melón que contiene gran cantidad de vitamina C y se emplea para preparar varias bebidas refrescantes. De la corteza del baobab se extrae una fibra con la que se fabrican cuerdas y cestos. Las hojas hervidas sirven como alimento, e incluso el polen mojado se emplea como pegamento.

Los troncos ahuecados del baobab han tenido usos de lo más pintorescos. Han servido de cárcel, casa, granero, establo... Se habla de un baobab en Zimbabwe que se usa como parada de camión que puede resguardar hasta 40 personas.

El baobab puede llegar a los 3.000 años de edad e incluso más. Su apariencia extraña lo ha hecho acreedor de numerosas leyendas africanas. Se dice que si una persona bebe agua en la que se han mojado semillas de baobab, quedará protegido del ataque de los cocodrilos. Pero si osa arrancarle una flor al baobab, morirá devorado por un león.

En Madagascar encontramos una variedad única de la isla (ver), pero el baobab está presente en gran parte del continente africano.

Su imagen y leyenda es tan fuerte, que hasta el El Principito lo menciona.

Paseando por Zimbawe, Sudáfrica o Senegal, podremos adivinar su figura y beneficiarnos de una experiencia única.

Vía | Baobabs

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