Después de pasar por varias cancelaciones, los pasajeros que se encontraban en el aeropuerto internacional de Ministro Pistarini cerca de Buenos Aires explotaron de rabia. Su paciencia había llegado a un límite y lo demostraron tirando ordenadores, levantando los puños e incluso llegando a las manos.
Según Aerolíneas Argentinas los retrasos fueron debidos al conflicto laboral que divide a los pilotos y los recoge equipajes. Según los sindicatos se debía más bien a razones de overbooking que se les fue de las manos. Al final de la historia sólo hay un perdedor. Unos se resignan, otros levantan su voz al verse pisados y ninguneados por una compañía aérea.
Vía, Gadling