El monumento que vamos a visitar hoy es uno de los más importantes de la historia reciente de Vietnam, se trata del Mausoleo de Ho Chi Minh en Hanoi. El mausoleo esta ubicado en la plaza de Ba Dinh, en el distrito homónimo situado al oeste de de la capital de Vietnam.
En el Mausoleo de Ho Chi Minh se encuentran los restos momificados del padre del Vietnam moderno, un lugar casi faraónico que poco tiene que ver con las últimas voluntades de Ho Chi Minh.
Antes de que Ho Chi Minh muriera, escribió en su testamento que quería ser incinerado para que repartieran sus cenizas por el norte, centro y sur del país. Sin embargo, sus sucesores en el partido comunista ignoraron sus últimas voluntades y construyeron un edificio gigantesco, de inspiración muy soviética.
Pero si no tienen nada que ver con las últimas palabras de Ho Chi Mihn, menos con el propósito de los arquitectos, que pretendían representar una flor de loto. Juzgadlo vosotros mismos contemplando la foto que acompaña el post.
El Mausoleo de Ho Chi Minh está fabricado con mármol extraído de uno de los refugios del Viet Cong en las montañas de Da Nang. Cuando brilla el sol es muy espectacular, sobre todo si hace un poquito de viento y las banderas rojas con la estrella amarilla ondean al viento. En vietnamita se puede leer un cartel que dice “No hay nada más precioso que la Independencia”.
Por fuera es espectacular, pero en su interior es muy solemne, pues yace el cuerpo momificado de Ho Chi Minh. Si queréis entrar a ver la momia, tendréis que respetar al 100% todo lo que os digan los militares que os acompañarán en todo momento.
Los turistas extranjeros entran por una cola especial donde todo el mundo debe guardar riguroso silencio, no llevar ropa indecorosa y mostrar una actitud respetuosa. Por supuesto, no te dejan entrar las cámaras, las mochilas y a las mujeres les hacen cubrirse los hombros con un pañuelo.
Después de tanto protocolo, la visita al interior del mausoleo es muy breve. Vas subiendo por unas escaleras en fila de a dos y acompañado por militares bien armados. Al acceder a la antesala de la momia, notas un frío muy intenso y cuando te lo indican puedes pasar a ver el cuerpo embalsamado de Ho Chi Minh.
A mí, personalmente me pareció un momento bastante incómodo, de esos que son tan solemnes que es difícil aguantarte la risa, aunque por supuesto, me contuve. Si os fijáis, tendréis ante vosotros un cuerpecito que parece de cera y que permanece inalterable ante el paso del tiempo.
Aunque para los occidentales es sólo una atracción turística, para los vietnamitas es uno de los monumentos más importantes del país, sino, observad la larga cola de personas que espera pacientemente para ver a su líder. Seguro que si estáis por Vietnam, tarde o temprano os toparéis con el Mausoleo de Ho Chi Minh en Hanoi.
Imagen | Pau En Diario del Viajero | Hanoi cumple 1.000 años, Vietnam – La Ciudadela de Hué, inspirada en la Ciudad Prohibida de Pekín