Siete cosas que me resultaron chocantes en mi primer viaje a Japón
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Siete cosas que me resultaron chocantes en mi primer viaje a Japón

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Viajar a Japón supone siempre un choque cultural, y para casi todo el mundo, resulta una experiencia inolvidable. Más allá de los templos, los restaurantes o el hecho de que allí se conduce por la izquierda, hubo siete cosas que me resultaron chocantes en mi primer viaje a Japón y quiero contároslas por si queréis estar preparados.

En realidad, he destacado las siete más sorprendentes, o al menos las que para mí lo fueron, por mucho que uno ya esté muy viajado, pero podría haber puesto muchas otras, además de estas siete. No son tanto diferencias culturales o de otro tipo, sino actitudes o costumbres muy diferentes a las nuestras que me chocaron muchísimo.

Hay mucho, muchísimo turismo

Japon Chocar 1

Está claro que ir a Japón siempre está de moda y las principales ciudades están llenas de visitantes. Lo que resulta algo más curioso es que la mayoría de los turistas y viajeros que van a Kyoto o a Osaka, Tokyo y otras ciudades son los mismos japoneses que acuden en manada para descubrir sus monumentos y sus templos, entre otras cosas. De todas formas, más allá de que el turismo sea de americanos, rusos, europeos o japoneses, el verdadero problema es otro:

Como ya contó mi compañero Sergio al hablar de que Kyoto puede parecer un parque temático, las ciudades más turísticas tienen una grandísima afluencia de turismo y un enfoque de los principales templos y monumentos dirigido hacia el mercantilismo.

Muchos de los templos parecen haber sido concebidos para ser centro de los objetivos de los teléfonos móviles de quienes los visitan, mientras se van haciendo selfies. Como atracción turística para el viajero, resulta totalmente decepcionante.

Los taxis

Taxi Japon

Resulta muy curioso el tema de tomar un taxi en Japón. Todos los taxis están decorados con encajes tipo ganchillo y muchos además están totalmente plastificados. Además, hay cámaras y en ocasiones, letreros luminosos y muchos navegadores y otros aparatos. El conductor suele llevar guantes blancos.

Sin embargo, no se os ocurra abrir o cerrar la puerta cuando os bajéis o se enfadará el conductor, que prefiere abriros o cerraros la puerta utilizando un dispositivo o palanca que tiene junto al freno de mano, para evitar que le demos portazos. Por otro lado, aunque indiquéis calle y número o dirección de vuestro destino, -por ejemplo enseñándolo en vuestro móvil- muchas veces no sabrán donde queréis ir y estudiarán vuestro teléfono como si ahí estuviera la solución.

Las máscaras

Japon Chocar Mascaras

Recuerdo la primera vez que vi a alguien con máscara por la calle me resultó extraño. También me acuerdo cuando Michael Jackson comenzó a aparecer en público con esas máscaras. En Japón es especialmente frecuente. Entre un 50 y un 60% de las personas llevan máscara.

Algunos dicen que es porque si están constipados lo hacen para evitar contagiar a los demás, pero más bien es al revés, es pura aprensión a contagiarse de gripe o de algún otro virus. Incluso se ven parejas en las que los dos llevan la máscara y gente de todas las edades provistas de dichas protecciones.

Los residuos consecuencia del embalaje

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Otra cosa que llama mucho la atención es ver que todo lo que se vende viene muy bien embalado, casi siempre en papel y plástico, lo que genera muchísimos residuos. Por otro lado no hay papeleras por las calles y a veces es difícil encontrar donde tirar una botella de agua o un papel.

Lo mejor es utilizar los cubos y cestos que tienen las tiendas o usar las papeleras que hay junto a las máquinas de vending que encontraréis por cualquier calle.

Los saludos y reverencias

Reverencia
Imagen de Nadya Chetah en Shutterstock.com

Es otra de las cosas que más llama la atención cuando llegas a Japón. En el aeropuerto, en los taxis, en la recepción del hotel, en los restaurantes o en cualquier tienda, se cumple un protocolo muy estricto de saludos y reverencias. Cuando te reciben o cuando pagas algo, siempre te harán la reverencia diciendo arigato gozaimasu (gracias) y dando ciertos cabezazos para mostrar su agradecimiento.

Igual ocurre cuando entregues una tarjeta de visita o al pagar cualquier cuenta. Por cierto, la etiqueta o norma de cortesía habitual exige entregar las cosas -incluidos billetes o tarjeta de crédito- sujetándolas con las dos manos, y recoger las vueltas o facturas de la misma manera.

Atentos, fumadores

Fumadores Japon

No es habitual fumar por la calle. Incluso en algunas zonas de Osaka que están señalizadas o en toda la ciudad de Kyoto, está prohibido fumar por la calle mientras se camina, existiendo lugares acotados como las salas de los aeropuertos para los fumadores.

Incluso en la calle abierta, no se permite fumar, habiendo multas de 1000 yenes (unos 80 euros) por fumar o tirar una colilla. Encontrar donde fumar es bastante sencillo, porque se ve a grupos de fumadores aprovechando el lugar.

Curiosamente, en muchos restaurantes sí se permite fumar dentro y también se fuma en los Pachinkos o casas de juego. Por cierto que entrar en estos lugares es otra experiencia impresionante si tenéis ocasión, porque entre la música estridente, las máquinas tragaperras y gente fumando de forma compulsiva, os quedaréis sorprendidos.

Las cosas infantiles, el manga y los gatitos

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Los japoneses son en cierto modo algo infantiles. Les encanta su cultura de dibujos animados y es normal encontrar una obra señalizada con carteles avisando del peligro -por supuesto, seguridad ante todo- pero con gatitos o personajes manga rodeando la obra, lo cual para el extranjero puede resultar poco serio.

Además, no es extraño ver a los japoneses que son fans de Nintendo, Pokemon, Hello Kitty u otros dibujos animados, vestidos de personajes de las series, o con carteras, maletines o bolsos que nadie llevaría en Europa si tiene más de 25 años. Allí se hace con naturalidad a cualquier edad.

Y además...

Japan Choca

Hay muchas otras cosas que os chocarán en un viaje a Japón. Entre otras, la posibilidad de estar comiendo a cualquier hora todo tipo de comidas en puestos callejeros, restaurantes y tabernas; la velocidad a la que caminan, casi corriendo; los bares de perros, de gatos o de niñas con aspecto de colegialas; los vagones de metro exclusivos para mujeres para evitar tocamientos indecorosos; la cantidad de sabores que tienen en las chocolatinas Kit-Kat; la fascinación que sienten por las flores, en especial las de los cerezos; la variedad de alimentos, tanto dulces como salados que se pueden comer por la calle; ...

Imágenes | Pakus, Nadya Chetah, Pixabay.com

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