El viajero que disfrute de los tratamientos termales tiene que apuntar en su agenda visitar la República Checa. Si Praga es la joya más visible de la corona, los cientos de manantiales curativos y los más de 30 centros especializados que posee son unos de los encantos semi ocultos que guarda este país de ensueño.
La situación de estos spas se encuentran en enclaves centenarios, lo que los hace aún más atractivos. Cuentan con piscinas de agua marina y ofrecen vanguardistas tratamientos por ejemplo con turba.
A finales del año pasado abrieron las instalaciones del Aquacentrum Agricola en el balneario Jáchymov, pionero mundial en aprovechar los efectos curativos del agua con contenido en radón.
Se encuentra enmarcado en un entorno muy apacible y se localiza en un edificio histórico de rica arquitectura al pie de los Montes Metálicos (Krusné Hory) en Bohemia Occidental.
Otro lugar que no podremos perdernos es Karlova Studánka, la ciudad-balneario situada en el corazón de los montes Jeseníky. Estrena una maravillosa piscina climatizada con agua marina, equipada con una iluminación especial que propicia la meditación y con una gran variedad de surtidores de masaje.
Por otro lado, el hotel Carlsbad Plaza, en la famosa ciudad balneario de Karlovy Vary, ha inaugurado su nuevo concepto wellness, el Spa Suite. Dos personas podrán alquilar hasta tres salas del spa para disfrutar de los sus exclusivos tratamientos en privado.
Aquellos que quieran sentirse como en un parque de atracciones de hidroterapia, tienen que visitar el balneario Priessnitz de la ciudad de Jesenik, el primero de este tipo en el mundo.
Solo nos queda volar a Praga, alquilarnos un coche y salir de la capital. Así podremos conocer otra cara de la República Checa recorriendo sus mágicos bosques, descubriendo pequeños pueblos llenos de historia y cuando nos aceche el cansancio agasajarnos en sus placenteros balnearios.
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