Los 10 museos más raros del mundo (y II): fideos, torturas, váteres y enfermedades varias

Los 10 museos más raros del mundo (y II): fideos, torturas, váteres y enfermedades varias
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Seguimos con esta colección de los 10 museos más raros del mundo que iniciábamos aquí, hablando de penes, caramelos pez o Alien.

Ahí van otros cinco:

6. Museo de la Tortura

El Museo de la Tortura y la Criminología Medieval de San Gimignano, Italia, es seguramente el museo más horripilante del mundo. Por solo 8 euros puedes acceder a una docena de habitaciones que guardan entre 100 y 150 piezas macabras que se usaban en las torturas medievales.

Cada pieza va acompañada de ilustrativas descripciones en italiano, francés e inglés. No se ahorran detalles, incluido para qué era determinado orificio, qué miembro se trataba de dislocar, quién era el cliente común o cómo sufría o moría la víctima.

Algunas de las piezas exhibidas las describe Steven Pinker en su libro Los ángeles que llevamos dentro:

Está la Cuna de Judas, utilizada por la Inquisición española, en la que ataban de manos y pies a la víctima desnuda, la suspendían por un cinturón de hierro alrededor de la cintura, y la bajaban hasta un pincho afilado que le penetraba el ano o la vagina; cuando las víctimas relajaban los músculos, la punta avanzaba y desgarraba los tejidos. La Virgen de Nuremberg era una versión de la dama de hierro, con púas minuciosamente colocadas para no traspasar los órganos vitales de la víctima y poner fin a su sufrimiento antes de tiempo. (…) La Pera es un pomo de madera partido, rematado en punta, que se insertaba en la boca, el ano o la vagina y que luego se abría mediante un mecanismo de rosca para desgarrar a la víctima desde dentro; se utilizaba para castigar la sodomía, el adulterio, el incesto, la herejía, la blasfemia y la “unión sexual con Satán”.

Si no tenéis suficiente, también hay museos de la tortura medieval en San Marino, Ámsterdam, Múnich, Praga, Milán y la Torre de Londres.

7. Vent Haven Ventriloquist Museum

En Fort Mitchell, Kentucky, EEUU, existe un museo dedicado al ventriloquismo. Los muñecos y ventriloquistas famosos se exhiben aquí. Un lugar no apto para personas que tengan miedo a los payasos o a los muñecos que hablan con la voz de un tipo que les introduce una mano por el trasero. ¡Toma, Morenooo!

8. Shin Yokohama Ramen Museum

En Yokohama, Japón, podéis visitar el Shin Yokohama Ramen Museum, el único museo del mundo dedicado a los ramen, es decir, a los fideos. De hecho, la sopa de fideos es el plato más consumido en Japón, China y Corea.

Si os gustan los ramen, los mejores que he comido están en San Francisco, en el llamado Katana Ya!

9. The Mütter Museum

En Philadelphia, Pensilvania, podéis visitar el macabro Mütter Museum, que exhibe impúdicamente diversos casos con patologías extrañas.

Fue creado en 1858 por el doctor Thomas Dent Mütter, antiguo profesor de cirugía. En la actualidad, el museo cuenta con más de 20.000 muestras, entre las cuales se encuentran el esqueleto del hombre más alto de Norteamérica, el esqueleto de unas extrañas siamiesas y una colección de 2.000 objetos que se han extraído de las gargantas de la gente.

Del mismo estilo, podéis visitar tambiél el Glore Psychiatric Museum, en St. Joseph, Misuri, EEUU. Allí se exhiben los diferentes tratamientos que se realizaban a las personas con problemas mentales. También pueden verse los objetos dejados por los internos.

10. Sulabh Museum of Toilets

En New Dehli, India, podéis visitar el museo dedicado al váter, el trono del hombre civilizado, el reposo del guerrero, la butaca desde el que mucha gente lee o twittea. Exhibe una gran cantidad de artefactos de diversas épocas y estilos, y fue fundado por el doctor Bindeshwar Pathak.

Por cierto, cuando tiréis de la cadena, cerrad la tapa antes, tal y como advierte Bill Bryson en su libro En casa:

La segunda forma más eficiente de propagar gérmenes, descubrió Gerba, es tirando de la cadena del inodoro con la tapa levantada. Esta acción arroja al ambiente miles de millones de microbios. Muchos quedan en el aire, flotando como minúsculas burbujas de jabón, a la espera de ser inhalados, durante un espacio de tiempo que puede llegar a las dos horas; otros se instalan en objetos, como el cepillo de dientes.

Fotos | Vent Haven | Tortura Museum En diario del Viajero | Los museos más curiosos del mundo | Museo del Ramen

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