Como bien sabéis, Nueva York es el corazón económico y cultural de los Estados Unidos y se ha ido convirtiendo por méritos propios en el centro de todos los deseos y tentaciones, por lo que cada escapada promete nuevas y diferentes aventuras. Ciudad cosmopolita y ecléctica donde las haya, al haber aprendido a metamorfosearse se encuentra a medio camino entre el exceso y la distinción.
Para quienes nunca hayan estado en Nueva York lo primero que hay que explicar es que la ciudad está dividida en cinco distritos:
- Manhattan con una extensión de 60 kilómetros cuadrados es el centro financiero de la ciudad, y allí se pueden ver muchos museos, los teatros de Broadway y la mayoría de los rascacielos de la ciudad.
- Brooklyn con una extensión de 180 kilómetros cuadrados fue hasta 1898 una ciudad independiente que acabó anexionándose a Nueva York. Es el distrito más poblado, y es famoso por su diversidad cultural, social y étnica.
- Bronx con una extensión de 100 kilómetros cuadrados es la cuna del rap y del hip hop, pero además cuenta con el Yankee Stadium y con un importante zoológico.
- Queens con una extensión de 290 kilómetros cuadrados es el único condado del país en la que la media de ingreso de los negros es más alta que la de los blancos.
- Staten Island con una extensión de 150 kilómetros cuadrados conectada con Brooklyn a través de un puente y con Manhattan a través de ese famoso ferry que aparece en todas las películas.
Para que os podáis situar bien, os adjunto un mapa, pero es importante que recordéis que la isla de Manhattan, por ejemplo, está dividida en varias zonas o barrios. Por ejemplo, Manhattan Downtown se extiende desde el extremo sur hasta la calle 14. Dowtown es a Nueva York lo que St-Germain des Près es a París. Un barrio burgués y bohemio de lo más chic donde se encuentra el famoso restaurante italiano Cipriani. El mejor de la ciudad. Sus cócteles también merecen que nos desviemos para probarlos. Manhattan Midtown lo hace desde la calle 14 hsta el sur de Central Park. Manhattan Uptown lo hace de norte a sur del Central Park. Más allá, está el Upper Manhattan y los barrios de Harlem y de Washington Heights.
Si se trata de vuestra primera visita no os podéis perder la efervescencia de Manhattan. Tampoco el pasear por Central Park que es como un oasis en plena jungla urbana en el que se pueden ver varios lagos artificiales, dos pistas de patinaje sobre hielo y grandes extensiones de hierba donde poder realizar actividades deportivas, o por Times Square para admirar todos los cines y teatros de Broadway.
Nueva York está llena de museos, de monumentos famosos y de barrios que os encantará explorar. Después del atentado contra las Torres Gemelas, uno de los edificios que no os podéis perder es la nueva Freedom Tower, con permiso del Empie State Building, ¡claro!
Si los que estáis preparando la escapada sois urbanitas aficionados a la serie de televisión Gossip Girl os encantará el Empire Hotel ya que es un espacio que fusiona a la perfección lo moderno y contemporáneo con un toque de elegante distinción.
Con más de 4.000 restaurantes repartidos en sus cinco distritos, Nueva York es sin duda una ciudad en la que se puede comer bien y variado, ya que la ciudad posee miles de restaurantes diferentes, y todas las cocinas están representadas. También son muy famosos los carritos ambulantes de comida que venden hot dogs, pretzels, bagels o kebabs (un tipo de comida típico de los inmigrantes que llegan a la ciudad, y sus costumbres alimenticias).
La ciudad también cuenta con algunos de los restaurantes de haute cuisine más prestigiosos del mundo. Sin embargo, si se sale a cenar en fin de semana, es mejor reservar con varios días de antelación pues los restaurantes se ponen de bote en bote. Salvo raras excepciones los precios de las cartas no incluyen impuestos. Asi pues, al total de la suma de lo que consumáis, deberéis sumar un 8,25% de tasas y una propina que puede variar del 15 al 25% en función de lo satisfechos que os sintáis con el servicio que os han prestado.
En el país de las hamburguesas merece la pista salirse del sota, caballo y rey y probar las auténticas. Blue Hill es un restaurante bio que utiliza para cocinar ingredientes que provienen directamente de las granjas locales, y cuyos vinos están fabricados por vinateros que respetan los métodos artesanales.
Los que sueñan con probar el caviar maridado con vodka tiene que hacer una huchita para visitar el Russian Samovar. Otro restaurante interesante es el Kittichai, un elegante restaurante vietnamita al que solían ir Carry Bradshow y sus amigas.
La Quinta Avenida constituye uno de los principales símbolos de riqueza de Nueva York pues concentra el mayor número de tiendas de lujo por metro cuadrado. Además de las más prestigiosas como Tiffany, Harry Winston, Hermès, Dior o Prada también están la de Apple, Abercrombie, Victoria’s Secret, H&M y Zara. En lo relacionado con los grandes almacenes, algunos datan de principios del siglo XIX como Saks, Barney’s, Macy’s o Bloomingdale’s
En esta ciudad que nunca duerme, para cenar y luego salir a bailar sólo hace falta bajar o subir una escalera. Las it-girls y las estrellas del show biz suelen reunirse en el sótano del restaurante The Monarch Room o en el Club Hype que procura recrear el ambiente de Las Vegas. DJ de la talla de Joachim Garraud, Laidback Luke, Martin Solveig o Steve Aoki suelen actuar allí.
Si lo que quieres es ver y que te vean, los más privilegiados suelen reunirse en la azotea del hotel Standard. Allí, en el corazón del barrio más cool del Meatpacking District, hay dos bares Le Bain y el Boom Boom Room donde suelen reunirse todos los trend-setters, ya que posee unas vistas panorámicas impresionantes sobre la zona de negocios de Manhattan, sobre el río Hudson y sobre New Jersey. Los cócteles cuestan 16 dólares, pero vale la pena pagar cada uno de ellos. La única pega es que no admite el paso de menores.
Situado en la azotea del famoso Metropolitan Museum of Art, el Cantor Roof Garden ofrece unas vistas espectaculares sobre el Central Park y Midtown. Cada primavera se celebra allí una nueva exposición firmada por un artista contemporáneo. Las bebidas no son caras pero hay que donar 15 dólares al museo para poder entrar.
Para quienes prefieran las zonas más alternativas con un ambiente más cosy, el famoso barrio del SoHo al sur de Manhattan tiene fama de ser el barrio de los artistas, de las galerías de arte modernas y vanguardistas y también de las tiendas vintages.
Greenwich Village es un clásico donde acudir para hacer shopping. Considerado antaño como la zona de los bohemios, los hippies y los artistas marginales, en la actualidad acoge las boutiques más trendy en los bajos de sus edificios de ladrillo.
Recordad que en Nueva York el transporte público, con el metro a la cabeza (fuenciona las 24 horas del día), es el principal medio de transporte de la mayoría de los neoyorquinos, ya que la mitad de los hogares no disponen de coche.
Los músicos de jazz fueron los que empezaron a llamar a la ciudad de Nueva York The Big Apple porque, aunque hay muchas manzanas en el árbol, la más grande es NY. Una manzana que se puede mordisquear en cualquier época del año, pues de ella se pueden extraer deliciosos sabores.
Más información | Oficina de Turismo
Fotos | Ingfbruno, Quasipalm, MichaelSlonecker, FerryIngfbruno, KingofHeart, DanielSchwen, Snapwidget, GKTramrunner
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