El mercado de la documentación falsa de Khao San Road, en Bangkok

El mercado de la documentación falsa de Khao San Road, en Bangkok
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Un carné de prensa, el Documento de Identidad del país que prefieras, o un título universitario sin pasar por cinco años de aulas y exámenes: cualquier documento falso que se te antoje lo tienes por un módico precio en Khao San Road, la calle mochilera por excelencia de Bangkok.

Los puestos están tan a la vista que al principio uno no termina de creérselo. ¿Será verdad? ¿Por qué la policía no hace nada? ¿Se nota que son falsos? Luego, cuando tras pagar 200 bath y esperar una hora, tienes en la mano tu propia International Student Identity Card, terminas de convencerte: el acabado es tan bueno que resulta casi imposible distinguir el falso del original.

Sin duda el Carné Internacional de Estudiante es el alma de la fiesta. Rara será la persona que pase por Khao San Road y no se haga con uno, aunque las canas le delaten y salte a la vista que la última vez que pisó un campus fue hace años.

Después de todo, a nadie le viene mal un descuento en el cine, y posiblemente la taquillera de una pequeña ciudad del norte de Europa, no tenga ni la suspicacia ni las ganas de analizar cada carné que pase por sus manos para comprobar su autenticidad.

Pero la oferta no termina ahí: Certificado de Profesor de Inglés: 1500 bath, Licencia de conducir Internacional: 500 bath; Permiso de Conducción de España: 700 bath; Documento Nacional de Identidad del país que se elija: 700 bath...

Claro que en estos últimos casos, el holograma y las marcas de agua ponen algo más difícil el trabajo al falsificador, pero si uno solo lo quiere para fardar con los conocidos (o su último ligue) de tener nacionalidad ¿italiana?, el servicio lo cumple con creces.

La lista continúa con algunos documentos tan extravagantes como el carné del FBI o la identificación de Tripulación de Cabina de diferentes compañías aéreas, como Lufthansa. Para conseguir el mejor precio, sólo hay que regatear.

Por supuesto, la ley tailandesa prohibe la producción, compra, venta y posesión de estas tarjetas, y prefiero no imaginar el castigo que podría caerle a quien se vea sorprendido en un aeropuerto, con documentación falsa de una aerolínea, en estos tiempos que vivimos.

Pero el negocio sigue ahí, entre puestos de ropa, Pad Thai, y masajes en los pies. Y por la expectación que levanta (excepto entre las autoridades), será así por bastante tiempo.

Foto | Carmen En Diario del Viajero | El museo de las falsificaciones de Bangkok exhibe 3.500 objetos, El Museo penitenciario de Bangkok: la tortura y la pena de muerte en Tailandia

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