
Recorrer los mercadillos tradicionales es una de las formas más auténticas de conocer una ciudad. Entre puestos ambulantes, objetos curiosos y el bullicio constante de comerciantes y transeúntes, estos espacios ofrecen una experiencia única para quien quiera captar el pulso real del lugar.
Ya sea para descubrir productos típicos, encontrar una pieza única o llevarse un recuerdo con historia, visitar estos mercados al aire libre es una apuesta segura, especialmente si hablamos de mercadillos que tienen siglos de antigüedad.
Y aunque cuando pensamos en mercadillos en España los primeros que nos vienen a la mente son El Rastro de Madrid o Les Encants en Barcelona, hay uno que ostenta un título singular: el Mercadillo del Jueves, en Sevilla, es el más antiguo del país y uno de los más singulares por la variedad de objetos que se pueden encontrar a través de los puestos que lo conforman.
Un mercadillo con más de siete siglos de historia
Se cree que sus orígenes se remontan al año 1292, cuando el rey Sancho IV de Castilla autorizó oficialmente su celebración. Sin embargo, es probable que ya existiera mucho antes, como herencia de los antiguos zocos árabes que animaban la Sevilla musulmana.
Sin embargo no fue hasta el siglo XIX cuando este mercadillo encontró su emplazamiento definitivo en la calle Feria, en pleno corazón del casco histórico. Desde entonces, cada jueves, como su nombre indica, esta vía se transforma en un escenario vibrante donde se entremezclan antigüedades, rarezas, libros, arte, muebles, juguetes y ropa de segunda mano, creando una atmósfera única que atrapa a todo el que pasea por allí.
Además de ser el mercadillo más antiguo de España, es posiblemente uno de los más antiguos de Europa aún en funcionamiento. Originalmente, fue un mercado generalista, donde se vendía desde comida hasta animales, pero con el tiempo se especializó en objetos de segunda mano y antigüedades. El nombre “El Jueves” no es casual: el permiso original especificaba ese día para su celebración, y así se ha mantenido a lo largo de los siglos, incluso resistiendo guerras y transformaciones urbanas.
Hoy es un testimonio vivo del paso del tiempo, un lugar donde puedes perderte durante horas entre objetos antiguos (muchos tan insólitos que ni siquiera sabrás para qué servían), y donde se cruzan coleccionistas, turistas, curiosos y vecinos del barrio. Visitarlo, sin duda, es una forma única de conectar con la esencia más auténtica de Sevilla, más allá de sus monumentos y sus postales más conocidas.
Cómo planear una visita y aprovecharla al máximo
El mercadillo se celebra todos los jueves por la mañana, desde primera hora (alrededor de las 8:30) hasta las 14:00, aunque conviene llegar temprano si se quiere encontrar los mejores artículos. Se extiende a lo largo de la calle Feria desde la calle Correduría, una zona fácilmente accesible a pie desde el centro de Sevilla. La parada de tranvía más cercana es “Plaza Nueva” y también hay autobuses que te dejarán a pocos minutos.
Una vez allí, es buena idea llevar dinero en efectivo, ya que la mayoría de los vendedores no aceptan tarjeta. También conviene ir con tiempo, calzado cómodo y paciencia, ya que parte del encanto del Jueves está en rebuscar entre montones de libros, revistas, vinilos o fotografías antiguas, y por supuesto, practicar uno de los artes más auténticos de cualquier amante de los mercadillos: el regateo.
Imagen | Anual, Wikipedia