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Visitar este bosque de cuevas a cielo abierto en Asturias a 20 minutos de Ribadeo es como trasladarse a Jurassic Park

Cuevas Andia
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Liliana Guerra

Nunca es mal momento para recargarse de energía en la naturaleza, y  Asturias ofrece un sinfín de rincones donde perderse. Ahora, con el clima más suave tras el verano, la región invita a escapadas tranquilas que combinan aire puro, paisajes sorprendentes y un ambiente entre montañas, valles y olor a mar cercano que te libera del estrés casi de inmediato.

Uno de esos lugares es tan singular que parece sacado de una película: las Cuevas de Andía, un escenario natural que, por su aspecto salvaje y sobrecogedor, recuerda al mundo jurásico. Sus paredes rocosas, la vegetación que se abre paso entre la piedra y el silencio solo roto por el canto de los pájaros hacen pensar que, en cualquier momento, podría aparecer un dinosaurio entre las rocas. Un auténtico tesoro geológico que, sin artificios, ofrece una experiencia de viaje tan visual como emocional.

El enclave se sitúa muy cerca de Ribadeo, en el límite entre Asturias y Galicia, lo que lo convierte en una escapada ideal para quienes visitan la famosa playa de las Catedrales y buscan un plan alternativo. A apenas veinte minutos en coche, el paisaje cambia por completo y el visitante se adentra en un entorno donde la historia geológica se muestra sin filtros a través de paredes esculpidas durante millones de años y que brindan la sensación de estar viajando millones de años hacia atrás.

As Covas de Andía, donde la historia geológica se funde con la historia romana

Cuevas Andia

Las Cuevas de Andina son los restos de una explotación aurífera de época romana, activa entre los siglos I y II d. C. Los romanos, en su incesante búsqueda de oro, aprovecharon la roca caliza permeable y dejaron al descubierto un paisaje de galerías kársticas que el agua había modelado a lo largo de más de quinientos millones de años. Declaradas Monumento Natural de Asturias en 2002 y abiertas al público en 2008 tras resolverse la compleja situación de propiedades privadas de múltiples dueños, se han convertido en un espacio protegido único en el norte de España.

Lo más llamativo de este enclave es su microclima particular, que ha favorecido la colonización vegetal. La naturaleza se adueñó de lo que fue una mina y hoy presenta un bosque denso y umbrío donde conviven especies atlánticas y mediterráneas. El resultado es un escenario sorprendente: paredes verticales que alcanzan gran altura, canales profundos poblados por árboles, mantos de arcillas impermeables y cavidades con formas caprichosas de perfiles suaves. A ello se suman las mineralizaciones de la roca, que aportan una rica gama de colores a un paisaje ya de por sí espectacular.

El recorrido está señalizado a través de la "Ruta de las Cuevas de Andina", un itinerario sencillo que dura aproximadamente una hora y media que permite descubrir los rincones más característicos y apreciar la fusión entre la fuerza de la geología y la delicadeza de la vegetación. Al tratarse de una visita guiada, el recorrido se enriquece aún más gracias a toda la información que ofrecen los profesionales que las realizan.

Algunos consejos para una visita perfecta

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Para disfrutar plenamente de la experiencia es importante tener en cuenta algunos aspectos prácticos. Lo primero y más importante: reservar la visita con antelación, al teléfono 619 368 169, ya que es imprescindible contar con plaza para acceder. Conviene también llevar calzado antideslizante, ya que los senderos pueden presentar humedad y resultan resbaladizos en algunos tramos. Además, es recomendable llegar con tiempo suficiente para comenzar el recorrido sin prisas y aprovechar la calma del lugar desde el inicio.

Llegar hasta este espacio protegido es sencillo. Desde Ribadeo, basta con tomar la carretera hacia el interior en dirección a Andina, en el concejo asturiano de El Franco. El trayecto, de apenas veinte minutos, culmina en un aparcamiento próximo desde donde parten los senderos. El recorrido no exige gran preparación física, por lo que resulta apto tanto para familias como para quienes simplemente buscan un paseo tranquilo en contacto con la naturaleza.

Imágenes | Hotel Casa Vieja del Sastre

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