El Santuario de Atotonilco, la Capilla Sixtina de América
Situado en Atononilco, un municipio muy cercano a la bella ciudad de San Miguel de Allende en el estado de Guanajuato, el Santuario de Jesús Nazareno el Santuario de Atotonilco es conocido como la Capilla Sixtina de América.
A menos de trece kilómetros de San Miquel de Allende, este santuario es una de esas atracciones "imperdibles" que tienes que ver aunque no te guste mucho contemplar monumentos. Es una construcción o capilla, adornada con muchísimos frescos, esculturas, retratos y otras obras de arte formando una decoración de un recargado estilo barroco lleno de belleza.
El santuario de Atotonilco
Nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2008 por la Unesco, junto al centro histórico de la ciudad de San Miguel de Allende, la belleza de este recinto hace que merezca la pena acercarse a esta pequeña localidad de menos de 600 habitantes, solo por ver la iglesia y quedar sobrecogido con sus pinturas.
El Santuario está dentro de un templo, con el mismo nombre, cuya iglesia, sin cúpula, alberga la planta del santuario. Al entrar, la sensación al ir descubriendo las distintas naves que forman parte de la iglesia, es realmente indescriptible.
La construcción del Santuario de Atotonilco se inició en el siglo XVIII bajo la supervisión del sacerdote Luis Felipe Neri de Alfaro el cual quería construir una iglesia similar a la del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Históricamente, este santuario tiene mucha importancia ya para los mexicanos ya que aquí fue dónde el Cura Miguel Hidalgo, tomó un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe para utilizarlo como bandera del ejército insurgente que se levantó ante los españoles para conseguir su independencia, por lo que es un lugar histórico.
Las pinturas de la Capilla Sixtina de América
Aunque existe tro santuario situado en Andahuaylillas, -en Perú- que también es conocido como la Capilla Sixtina de América, para muchos la calidad de las pinturas de Atotonilco han hecho que este sea considerado el que debe llevar dicha consideración.
Al entrar al Santuario de Atotonilco, no eres consciente realmente de todo el esplendor que encierran sus paredes. La visita se vuelve muy grata al ir contemplando cómo practicamente cada rincón están policromado con pinturas al óleo de estilo barroco mexicano. Es una sensación magnífica.
La gran mayoría de las pinturas son de Antonio Martínez Pocasangre y de José María Barajas, aunque hay también otras obras que parecen tener origen en el arte indígena. El estilo de casi todas las pinturas, con tema religioso es muy similar a las obras de la pintura flamenca de los Belgas.
Las obras fueron pintadas por el autor directamente dentro de la iglesia, siendo la obra de su vida, en cuya culminación tardó más de treinta años. El resultado atrae cada día a muchos mexicanos a ver el templo, aunque la sensación es la de que estamos ante una maravilla "a descubrir".
Además de las bellas creaciones de óleos y frescos de la capilla del Santuario, hay otros muchos atractivos tanto pictóricos como escultóricos en el recinto, que puede llevaros una hora o un poco más si queréis deteneros en la historia de cada mural, o los mensajes escondidos de cada obra.
Además de los maravillosos frescos y pinturas de los techos, los laterales y altares están llenos de relieves y otras esculturas policromadas cuya belleza podéis ver sobre este párrafo. Muchas muestran escenas de la vida de Jesucristo y sus apóstoles y otras escenas de la historia sagrada, pero hay también otras obras o retratos de personajes relativos a la historia local.
También dedicaréis tiempo a la bóveda del santuario, cuya ornamentación y majestuosidad, piden una contemplación más detenida. Junto al espacio central, bellamente adornado, otras cuatro cúpulas adyacentes te dejan sin palabras.
En conjunto, el Santuario de Atotonilco, la Capilla Sixtina de América es un lugar digno de visitar. Creo que es una de las maravillas secretas que tiene cada población de México, donde puedes descubrir pequeños tesoros como éste que recordarás toda la vida.
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