Desde los tiempos de Magallanes hasta Julio Verne, dar la vuelta al mundo ha sido una de las grandes obsesiones del ser humano. Pero lo que en otro tiempo requería años de navegación incierta o se vivía solo a través de novelas fantásticas, hoy se ha convertido en una experiencia real, meticulosamente organizada y sorprendentemente cómoda.
Circunnavegar el planeta ya no es un privilegio reservado a los exploradores más intrépidos, sino una cuestión de tiempo, presupuesto y, sobre todo, de elegir la opción adecuada. Y pocas alternativas resultan tan irresistibles como la que propone la naviera Cunard.
A bordo del Queen Anne, una de las joyas más recientes de su flota, es posible dar la vuelta al mundo en 111 días, recorriendo más de 25 países, con más de 30 escalas y noches en puerto en ciudades legendarias como Ciudad del Cabo, Sídney, Singapur y Hong Kong. Este imponente crucero zarpará el 11 de enero de 2026 y promete ofrecer una (si no la más), inolvidable aventura para todos los afortunados que suban a bordo.
110 días, 31 puertos, 26 países y un sinfín de aventuras
Esta gran travesía comienza navegando desde Southhampton en Londres hacia el suroeste, con las primeras escalas en Madeira (Funchal) y Santa Cruz de Tenerife en España, dos joyas de la península que dan la bienvenida a los viajeros en playas de arena blanca y agua turquesa. Posteriormente les espera una parada en San Vicente, en Cabo Verde, aporta un primer sabor africano antes de cruzar el ecuador hacia Walvis Bay, en Namibia, donde los paisajes desérticos y las colonias de flamencos forman parte del espectáculo natural.
La estancia en Ciudad del Cabo ofrece dos días completos para explorar el Cabo de Buena Esperanza, la Montaña de la Mesa o los viñedos de Stellenbosch. La navegación continúa por la costa este de África con escalas en Port Elizabeth y Durban, hasta llegar a los sabores exóticos del Índico en Reunión y Mauricio.
El cruce hacia Asia comienza con una travesía de varios días de relajación a bordo, donde el Queen Anne despliega todo su esplendor: spa de última generación, gastronomía de alto nivel, afternoon tea con vistas al mar y tardes de jazz o cine al aire libre en The Pavilion. La primera gran escala asiática es Colombo, en Sri Lanka, seguida de la modernidad de Kuala Lumpur, y dos noches en Singapur, una ciudad que combina lujo futurista y tradición colonial con exquisita precisión.
La ruta sigue hacia el norte, con noches vibrantes en Hong Kong, seguido de una parada en Manila, la capital filipina, antes de descender hacia la exótica Bitung, en Indonesia, y cruzar a Australia por Darwin, Airlie Beach y Brisbane, con una estancia prolongada en Sídney para disfrutar del icónico puerto, la ópera y las playas urbanas.
El periplo por Oceanía incluye la remota Vanuatu y Fiyi, antes de atravesar la Línea Internacional del Cambio de Fecha: un pequeño guiño mágico en esta travesía. Luego, Honolulu, en Hawái, regala paisajes volcánicos y cultura polinesia antes de afrontar la larga navegación hacia Los Ángeles, donde el Queen Anne pasa dos días completos: perfecto para un paseo por Hollywood, Venice Beach o el Getty Museum.
Tras dejar California, el crucero recorre la costa pacífica de América Central con una parada en Puerto Quetzal (Guatemala), antes de cruzar el majestuoso Canal de Panamá, una experiencia en sí misma. Ya en el Caribe, los viajeros disfrutarán del colorido de Curazao y Aruba, y después, del ambiente vibrante de Miami, la penúltima gran escala antes de emprender la travesía de regreso a nuestro continente.
En la ruta de vuelta, la escala en Ponta Delgada, en las Azores, permite reencontrarse con el verde volcánico del Atlántico medio. Tres días más de navegación y el Queen Anne regresa a Southampton el 30 de abril de 2026, cerrando así el círculo perfecto.
Queen Anne, un "edificio" de lujo que atraviesa el océano
El Queen Anne no es solo un barco, es una declaración de estilo y elegancia en alta mar. Con capacidad para más de 3.000 pasajeros, esta joya de la flota Cunard combina el clasicismo británico con todas las comodidades del siglo XXI. Desde su impresionante Grand Lobby de techos infinitos hasta sus salones de té con porcelana fina y vistas al océano, todo a bordo invita a relajarse y dejarse llevar por el placer del viaje.
A lo largo de sus 14 cubiertas, el Queen Anne ofrece una experiencia que va mucho más allá del simple transporte. Restaurantes de autor, spa de lujo, espectáculos en un teatro estilo West End y espacios pensados para el descanso, la lectura o simplemente contemplar el mar. Cada día a bordo es una experiencia en sí misma, tanto si se decide salir a explorar puerto tras puerto como si se prefiere pasar el día entre las muchas opciones de entretenimiento que ofrece el barco.
Este además tiene tres tipos de camarote: Queens Grill, el más amplio y lujoso de todas y que incluye el servicio de un mayordomo, Princess Grills, el intermedio, con un balcón propio con vistas al mar, y la categoría Britannia, con opciones de un camarote con balcón, exterior o interior, siendo este último el más "económico" de todas, con un precio de 14.490 euros por persona. Por si os preguntáis cuál es el más costoso, es de 76.299 euros por persona.