El “Hawaii europeo” que está a un salto de España y es un paraíso salvaje por descubrir

El “Hawaii europeo” que está a un salto de España y es un paraíso salvaje por descubrir
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Hay algo profundamente cautivador en las islas nacidas del fuego. Esa mezcla de paisajes abruptos, selvas verdes y un clima que asombra por sus contrastes, son lugares que aún conservan una conexión salvaje con la naturaleza, donde el mar y la tierra compiten por tu atención.

Cuando pensamos en este tipo de lugar, Hawaii es, sin duda, la referencia que primero puede venir a nuestra mente. Y si alguna vez te ha atraído su belleza tropical pero te han frenado la distancia o el presupuesto, existe una alternativa mucho más cercana, igualmente espectacular y todavía poco masificada: las Azores.

Estas islas se han convertido en los últimos años en el destino favorito de quienes buscan un destino cercano para dejarse sorprender por su naturaleza exhuberante. Y aunque como es lógico, julio y agosto son los meses con mayor afluencia de visitantes, pero aún están muy lejos del bullicio y las aglomeraciones que suelen encontrarse en otros destinos de la península, incluso en plena temporada alta. 

Islas Azores: la joya portuguesa ideal para explorar en cualquier momento del año

Angra Do Heroismo
Angra Do Heroismo| Concierge.2C - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, Enlace

Estas islas, conformadas por un grupo de nueve islas volcánicas desperdigadas en pleno Atlántico Norte, son un destino que mezcla la exuberancia de los trópicos con la calma de la vieja Europa. Situadas a unos 1.400 kilómetros al oeste de Lisboa, estas islas forman parte de la Macaronesia, al igual que Madeira y Canarias.

Cada isla tiene su propio carácter, pero todas comparten una topografía asombrosa: lagos de cráter con aguas turquesas, acantilados envueltos en niebla, campos verdes salpicados de hortensias azules, fuentes termales naturales y volcanes dormidos (o casi). En São Miguel, la isla principal, es posible desayunar con vistas a una caldera inmensa y terminar el día flotando en piscinas geotermales entre helechos.

A diferencia del calor aplastante que domina buena parte del sur de Europa durante el verano, el clima en las Azores es sorprendentemente suave. Entre junio y septiembre, las temperaturas rondan los 22-26°C, con noches frescas y brisas constantes que hacen que dormir sin aire acondicionado sea un placer. Durante el día tampoco es común tener un sol abrasador, ya que las nubes van y vienen, y la lluvia puede aparecer sin avisar, pero eso es parte del encanto. Esta humedad, combinada con el clima templado, es lo que mantiene el paisaje intensamente verde.

Qué hacer en las Islas Azores

La puerta de entrada principal al archipiélago es el Aeropuerto de Ponta Delgada (PDL), en la isla de São Miguel, que recibe vuelos directos incluso desde ciudades como Madrid.

Una vez allí, moverse entre islas se puede hacer fácilmente en avión, gracias a los vuelos internos que conectan diariamente las nueve islas. En las rutas más cercanas, como entre Faial, Pico y São Jorge, también es habitual usar ferris, especialmente en verano. Para explorar bien cada isla, lo más recomendable es alquilar un coche, ya que el transporte público es limitado y no llega a muchas de las zonas más interesantes.

Subir al Volcán Pico

El volcán Pico, la montaña más alta de Portugal con 2.351 metros, es uno de los mayores retos para los amantes del trekking. La subida se realiza en unas 3 a 4 horas, más el descenso, y exige una buena forma física, pero las vistas desde la cima, con el mar extendiéndose hasta el horizonte y otras islas visibles en días claros, compensan el esfuerzo. Además, si haces la subida de madrugada, es posible ver amanecer desde la cumbre, una experiencia inolvidable.

Senderismo

Las islas están atravesadas por una red de senderos bien señalizados que serpentean a través de volcanes, bosques de laurisilva, acantilados escarpados y, sorprendentemente, campos de té (los únicos de Europa). En São Miguel, una de las rutas más populares es la del Lagoa do Fogo, que ofrece vistas espectaculares del lago volcánico enclavado en un cráter. En Flores, los senderos que conectan cascadas y lagunas de montaña son de una belleza casi cinematográfica. São Jorge, por su parte, es un paraíso para los caminantes, con rutas que descienden desde lo alto de la isla hasta sus famosas fajãs, formaciones geológicas planas al pie de los acantilados.

Buceo y snorkel

La actividad volcánica ha creado un fondo marino espectacular, con túneles de lava, cuevas submarinas y arrecifes donde habitan peces de colores, rayas, meros e incluso tiburones azules. En Santa Maria o Pico se pueden hacer inmersiones para todos los niveles, incluyendo puntos tan especiales como la reserva de Baixa do Ambrósio. También hay opciones más relajadas de snorkel en calas de aguas cristalinas, como en la zona de Vila Franca do Campo, dentro del cráter marino.

Azores Ballenas

Avistamiento de cetáceos

Las Azores son una de las mejores regiones del mundo para el avistamiento de ballenas y delfines. Durante todo el año, se pueden observar varias especies de cetáceos, incluyendo el cachalote, la ballena azul (en primavera), y numerosos grupos de delfines que a menudo se acercan a las embarcaciones. Las salidas suelen realizarse desde puertos como los de Ponta Delgada (São Miguel) o Horta (Faial), y están guiadas por biólogos marinos que explican el comportamiento de los animales y el ecosistema marino del archipiélago.

Termas naturales

São Miguel es la reina de las aguas termales. En el valle de Furnas, puedes bañarte en la famosa Poça da Dona Beija, una serie de pequeñas piscinas cálidas al aire libre, o en el entorno de cuento del parque Terra Nostra, rodeado de una vegetación exótica casi centenaria. Estas aguas sulfurosas tienen propiedades terapéuticas, y son especialmente reconfortantes tras una caminata. También hay piscinas termales naturales junto al mar, como en Ferraria, donde el agua caliente brota entre las rocas volcánicas y se mezcla con el océano.

Cuánto cuesta unas vacaciones en las Azores

En términos de precios, las Azores ofrecen una excelente relación calidad-precio. Los vuelos desde Madrid o Barcelona hasta São Miguel pueden encontrarse desde los 150 hasta los 300 euros ida y vuelta si se reservan con tiempo. El alojamiento varía según la isla y el estilo, pero se puede dormir en un hotel boutique o en una casa rural encantadora por entre 70 y 120 euros la noche.

Comer fuera también es accesible: por unos 20-25 euros por persona es posible disfrutar de una comida completa con pescado fresco, marisco o platos típicos como el cozido das Furnas, que se cocina bajo tierra con vapor volcánico. Alquilar un coche es prácticamente imprescindible para explorar las islas y los precios rondan los 30-50 euros diarios, y aunque la gasolina tiene un precio ligeramente superior al de la península, sigue siendo razonable. Las excursiones organizadas, como las salidas en barco para avistar cetáceos o las rutas guiadas por senderos, suelen costar entre 40 y 80 euros.


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