Una experiencia diferente: ser pastor de cabras

Una experiencia diferente: ser pastor de cabras
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En la búsqueda por actividades y experiencias turísticas novedosas me he encontrado con esta propuesta que nos hace llegar Montse desde las hermosas tierras del Ampurdán catalán, muy cerca de Girona: ser pastor de cabras por un día.

Según nos cuenta en su relato se trata de una experiencia en que mucho de lo bueno radica en el entorno natural que nos rodea. Tan acostumbrados a la vida urbana, un acercamiento a lo más básico se nos presenta como una cura maravillosa al estrés y al apuro.

Para ello se llega a una masía enclavada en el medio rural y totalmente sostenible. Allí no hay luz eléctrica, ni agua corriente, ni teléfono ni gas. Marta, una cabrera licenciada en Bellas Artes, ha elegido este lugar para vivir y nos recibe para compartir su tarea diaria.

Nos cuenta Montse: "Al llegar a su casa, después de seguir las indicaciones, lo primero que encuentras es un pequeño montículo donde unas 130 cabras te reciben erguidas, quietas quietísimas y mirándote por encima del hombro... Luego aparecen mezclados por completo gallos, patos, conejos, gatos y Greta, la perra pastora.

El recorrido empieza siempre cuando cae el sol y en función de cómo se encuentre el rebaño. Hay dos rutas posibles: una más agreste y otra más tranquilo, dependiendo de las condiciones de las cabras.

"La experiencia empieza ya al encontrarse cerca, muy cerca de las cabras y ver cómo eres tú la que debes prestar atención en ellas y no al revés. Y luego al hecho de sentirte que te encuentras en un medio absolutamente desconocido, donde las linternas sólo pueden conectarse cuando la cabrera da su permiso".

El recorrido se hace en silencio para oir al resto de los animales que corren por la noche por los bosques y así prevenir que el rebaño no se pierda ni pueda ser atacado, además, para que regrese correctamente.

Durante el trabajo de arreo de los animales, Marta va contando su experiencia y da datos sobre la vida rural y el cuidado de los animales. Nos acompaña el cielo del Alt Empordà en letanía de estrellas.

La excursión termina cuando las cabras descansan cerca de la casa antes de volverlas al corral. Pero queda algo más aún: en la mesa de la masía, reproducción de la mesa redonda final de los cómics de Astérix, se prueban los quesos elaborados con la leche de las cabras "mientras Marta cuenta su particular forma de vida siempre con gran cuidado de no molestar a la naturaleza que los rodea en todos los sentidos."

Este tipo de experiencia es, forzosamente, para vivir en forma individual o en pequeños grupos. Y suena muy tentadora. Dejar el móvil por el bastón, el asfalto por los prados y los sonidos de la ciudad por los del bosque.

¿Conoces otras experiencias turísticas de este tipo? ¿Has probado otras formas de hacer turismo? Cuéntanos tu experiencia dejándonos un comentario o envíandonos un mail a través de nuestro formulario de contacto

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