Los Navigli: el barrio de los canales, el más fotogénico de Milán
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Los Navigli: el barrio de los canales, el más fotogénico de Milán

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No hay nada como que un destino te sorprenda con un perfil distinto al más conocido. Porque si en mi mente, antes de visitar Milán, tenía el Duomo, las Galerías Vittorio Emanuele y el Castello Sforzesco, ahora hay una nueva imagen indisolublemente unida a la ciudad: los Navigli, el barrio de los canales, el más fotogénico de Milán.

No muy lejos del centro está este barrio con su dársena y sus dos canales, el grande y el pequeño (Naviglio Grande y Naviglio Pavese), a lo largo de los cuales pasear en un ambiente muy agradable, para tomar los aperitivi, comer, cenar o recorrer un mercado muy especial.

Nada que ver con las calles más comerciales del centro de Milán, nada del bullicio grandioso de los alrededores del Duomo o el castillo. En los Navigli nos trasladamos a otra época, aquella en la que Milán tenía un sueño que sería el origen de estos canales: estar conectada con el mar.

Canales de Milán

Fruto de ese sueño fue el puerto de Milán. Sí, Milán tuvo puerto, y hasta hace relativamente poco. De hecho, Navigli fue el principal puerto fluvial de Italia a finales del siglo XIX y sus canales surcaban buena parte del centro de Milán. La mayoría de ellos fueron vaciados y cubiertos en 1930 y desde entonces solo permanecen los Navigli como recuerdo de aquel puerto.

Y, aunque nunca se llegó al mar, sí se convirtió la extensa red de canales en una vía fluvial importantísima para la defensa de la ciudad, el regadío agrícola o el transporte de mercancías. Ya desde el siglo XIV el mármol para construir el Duomo navegaba sobre estas aguas.

En la época de máxima extensión de los canales Milán estaba conectada al Lago Maggiore, Como y al Ticino inferior, lo cual significaba la apertura a Suiza y el noroeste de Europa.

Canales de Navigli Milán

En la actualidad la Dársena une los dos canales supervivientes, el Naviglio Grande (el más antiguo, construido entre los siglos XII-XIII) y el Naviglio Pavese, llenos de agua del río Ticino.

Hoy, los Navigli constituyen uno de los barrios con más encanto de Milán, con el atractivo de ver los canales en sí, de dar un paseo en barco por los mismos, de tomar algo junto a ellos en alguno de los numerosos bares y restaurantes que los flanquean e incluso descubrir algún curioso rincón, como unos antiguos lavaderos.

En efecto, de la época de marineros y humildes lavanderas a las orillas quedan unos pequeños lavaderos con techo y vigas de madera junto al Naviglio Grande, en "el callejón de las lavanderas", en el que tenemos que adentrarnos para ver escondidos restaurantes, de muy buen aspecto, alguna tiendecilla de artesanía o tetería. A la orilla de este mismo canal, otro lugar interesante para asomarse es la Iglesia de San Cristóforo.

Animado Navigli Milan

Como ya hemos avanzado, si vas a los Navigli a la hora de comer o cenar, podrás degustar platos típicos de Milán, desde sus deliciosos quesos a la polenta, de ossobuco a risotto, un gelato o el limoncello y amaretto...

En mi visita por los canales se nos hizo la hora de comer (incluso, más allá de lo que suelen aceptar los restaurantes de la ciudad) pero nos atendieron muy bien en un restaurante de cocina local con buenos platos y a precios bastante asequibles. Eso sí, excepto las cervezas: no me acostumbro a los precios tan altos en muchos lugares fuera de España.

Tanto las orillas del canal grande como del pequeño están repletos de distintos establecimientos, con todo tipo de oferta culinaria y precios variados, se puede comer a la carta, también hay menús... e incluso en ocasiones hay algún barco restaurante. Lo que prefieras: puedes comer en un restaurante de lujo o tomar una copa por la noche al ritmo de la música, todo lo podrás hacer en los Navigli.

Gastronomía en Milán

Otra de las razones para acercarse a los Navigli es el mercadillo de gastronomía regional, libros y curiosidades que se monta cada sábado junto a los canales. Además, el último domingo del mes podremos introducirnos en un mercado de antigüedades.

Todo ha hecho que en los últimos tiempos el barrio de los canales de Milán haya experimentado un auge de vitalidad, tanto local como foránea. Merece la pena recorrerlo, a pie o en bici, de día o por la noche, disfrutando de sus colores, sus sabores y, cómo no, llevándonos de las mejores instantáneas de la ciudad.

Fotos | Deensel, Paolo Margari, Gwendolyn Stansbury, Matteo Garza y Jeff Krause en Flickr-CC
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