Gastroporno: cuando vamos a restaurantes a hacer fotos más que a comer
El foodporn o gastroporno es tendencia. La gente, nada más recibir su plato en la mesa, desenfunda la cámara de su smartphone, fotografía la comida, pone el filtro Valencia u otro y lo sube a sus redes sociales.
Eso es lo importante, el resto no tanto. Por ello, cada vez hay más restaurantes concebidos específicamente para cultivar el gastroporno.
Foodporn Pic
A pesar de que hace muchos siglos que la gente prepara comida de aspecto atractivo para banquetes y celebraciones y que los pintores llevan siglos representándola en bodegones, la presentación culinaria siempre ha sido tirando a básica.
Ahora las cosas están cambiando a gran velocidad porque el comensal ya no solo come, sino que tira fotografías que pueden ver, potencialmente, cientos de miles de personas. Tanto es así, que muchos comensales solo disfrutan tirando la foto y haciendo babear de envidia a sus seguidores.
Por esa razón, cada vez hay más chefs que se preocupan (e incluso se obsesionan) por cómo quedan sus platos en las fotografías. Algunos restaurantes directamente preparan platos que saben que quedarán bien en Instagram.
Algunos restaurantes ya ofrecen soportes de mesa para móviles, como hace Catit, un restaurante de Tel Aviv, en su experiencia Foodography.
También sirven platos en soportes que giran trescientos sesenta grados para que sus clientes puedan sacar la foto perfecta. Y como si eso no fuera suficiente, el experto fotógrafo de alimentos Dan Pérez da soporte a los comensales para inmortalizar lo mejor posible el plato.
«Me afecta ver una mala crítica», dice el chef Ned Bell del Four Seasons Hotel en Vancouver. «Pero me afecta más que alguien haga una mala foto de mi comida. Me preocupa el aspecto que tiene mi comida en el mundo de las redes sociales».
Mukbang
Esta tendecia adquiere tintes surrealistas en Corea del Sur, donde existe en llamado Mukbang, que puede traducirse como "pornocomer": las emisiones en directo por Internet de personas comiendo y que atraen la atención de millones de personas.
Lo interesante es que las estrellas de este "porno", conocidas en inglés como broadcast jockeys o BJs, no son chefs ni personas famosas, sino comensales normales y corrientes.
Sin duda, cada vez será más común este tipo de experiencia gastronómica, que cada vez entra más por los ojos (los nuestros y las de nuestros seguidores) en vez de por el paladar.