En Cantabria no abundan los castillos medievales. A diferencia de otras regiones de España, donde las fortalezas se suceden en cada valle, aquí se cuentan con los dedos de una mano. Tal vez por eso, descubrir uno de los más espectaculares, perfectamente conservado y con una silueta que domina el paisaje, se convierte en un regalo para quienes buscan un viaje completo, cuando las temperaturas frescas invitan a explorar tierra adentro.
Se trata del Castillo de Argüeso, en el municipio de Hermandad de Campoo de Suso, muy cerca de Reinosa y de la estación de esquí de Alto Campoo. Una imponente fortaleza que se alza a lo alto de una colina y que es un símbolo para los habitantes de la zona.
Su construcción, que se prolongó nada menos que tres siglos, comenzando en el siglo XIII y concluyendo en el XVI, explica la mezcla de estilos en su arquitectura. Además su ubicación es estratégica, ya que desde sus almenas se disfrutan vistas espectaculares del valle de Campoo, un entorno que combina bosques, praderas y montañas.
Castillo de Argüeso: una fortaleza llena de historia

El castillo, de estructura sobria y levantado en piedra, respondía a una función militar. Se compone de dos torres cuadradas unidas por un cuerpo central que fue añadido posteriormente, y que le da el aspecto de castillo-palacio. Sus muros robustos y sus almenas dominan el valle, ofreciendo una visión panorámica que en su momento tuvo una gran importancia a nivel estratégico.
En el interior, las salas se distribuyen en varios niveles comunicados por escaleras estrechas, y aún se conservan espacios como la mazmorra o la sala noble, que permiten imaginar la vida cotidiana dentro de la fortaleza. Un detalle muy admirado es el trabajo artesanal realizado durante su restauración en los años 80, a cargo de la familia Sobaler y un equipo de artesanos locales: madera noble de castaño y roble autóctono que aporta calidez y autenticidad a los espacios interiores.
Originalmente fue residencia de la poderosa Casa de la Vega y más tarde de los Marqueses de Aguilar de Campoo, linajes que marcaron la historia cántabra. Aquí vivió también doña Leonor de la Vega, conocida como la "Leona de Castilla", madre de Íñigo López de Mendoza, el Marqués de Santillana. Su carácter fuerte y su firme defensa de los intereses familiares la convirtieron en una de las grandes damas de la nobleza castellana, dejando en la fortaleza parte de su huella histórica.
Un castillo para todos

El municipio se esfuerza en que la visita sea algo más que un recorrido monumental. Durante todo el año, el castillo se llena de vida con exposiciones temporales, jornadas de recreación histórica (muy esperadas cada primer fin de semana de julio), conciertos, talleres medievales para grupos, cursos, demostraciones de cetrería, conferencias e incluso bodas civiles en un escenario único. Para quienes viajamos con niños, existe un juego de exploración que invita a los más pequeños a encontrar "el tesoro del dragón", resolviendo pistas mientras descubren los rincones ocultos de la fortaleza.
Llegar es sencillo: desde Reinosa apenas hay 6 kilómetros por carretera, siguiendo las indicaciones hacia Argüeso, y existe un aparcamiento próximo al castillo. Muchos viajeros aprovechan la parada para complementar su visita con rutas de senderismo o conociendo Fontibre, el manantial donde nace el río Ebro, que se encuentra a pocos minutos en coche.
Imágenes | Facebook Castillo de Argüeso
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