Cuando pensamos en la Comunidad Valenciana, es inevitable que nuestra mente viaje de inmediato a sus interminables playas, al bullicio del verano junto al mar y al olor a salitre que impregna las vacaciones. Pocos momentos más veraniegos que darse un baño en una cala y rematar tomando algo fresco en el chiringuito.
Sin embargo, más allá de la costa, esta tierra esconde pueblos que conservan intacta su esencia y que ofrecen una experiencia completamente distinta pero igual de enriquecedora. Lugares donde el frescor de la montaña y la historia esculpida en piedra invitan a pasear sin prisa, a descubrir paso a paso un legado milenario que permanece esperando ser explorado.
En realidad estoy hablando de Bocairent, un pueblo del sur de la provincia de Valencia, enclavado en la Sierra de Mariola y literalmente excavado en la roca. Desde la distancia, su silueta se dibuja como una imponente fortaleza de piedra suspendida entre montañas, con casas apiñadas que parecen escalar la ladera.
Boicairent, el enigmático pueblo valenciano con alma morisca

Bocairent tiene alma morisca. Su trazado urbano recuerda a una medina árabe, y de hecho, su historia se remonta a tiempos íberos, romanos y, sobre todo, musulmanes, quienes dejaron una huella indeleble en su estructura y su carácter. Uno de los lugares más fascinantes (y misteriosos), del pueblo son las Covetes dels Moros, un conjunto de cuevas-ventana excavadas en una pared vertical de roca que todavía hoy despiertan preguntas sin respuesta. ¿Granero, refugio, necrópolis? Los arqueólogos no se ponen del todo de acuerdo, pero lo que es seguro es que subir a ellas y asomarse a través de sus huecos es una experiencia inolvidable.
Por supuesto el plan imprescindible es pasear por su precioso casco antiguo, un laberinto de callejuelas empedradas, escalinatas imposibles, pasadizos cubiertos y rincones que sorprenden a cada paso. No en vano, su barrio medieval está declarado conjunto histórico-artístico y es una de las joyas arquitectónicas más singulares de la región.
En el corazón del pueblo se alza imponente la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XV y reedificada posteriormente para reparar los daños del terremoto de 1748. Su interior sorprende por la riqueza ornamental del barroco valenciano, y desde su campanario, el más alto de la comarca, se obtienen unas vistas espectaculares del casco antiguo y de los paisajes que lo rodean. Muy cerca, el Museo Parroquial custodia valiosas piezas de arte sacro, algunas de ellas procedentes del desaparecido Monasterio de Sant Jeroni de Cotalba.

Otro lugar imprescindible es la Plaza de Toros de Bocairent, una de las más antiguas y peculiares de España. Fue excavada íntegramente en la roca en 1843 y su forma ovalada, rodeada de gradas talladas en la piedra viva, la convierte en una joya única en su género. Aunque no todos los visitantes estén interesados en la tauromaquia, su valor histórico y arquitectónico la hacen digna de visita.
Para los amantes del patrimonio histórico, el Monasterio rupestre es una parada sorprendente: un conjunto de salas y pasadizos subterráneos excavados en la roca por unas monjas enclaustradas en el siglo XVI, que vivían sin apenas contacto con el exterior. El recorrido, silencioso y fresco, es tan evocador como inquietante.

Sin duda, Bocairent ofrece una alternativa perfecta para quienes buscan enriquecer sus vacaciones con algo más que playa y de paso, huir un poco del bochorno costero, al menos durante el verano. Aquí, las temperaturas son más suaves, gracias a la altitud y a la cercanía del parque natural de la Sierra de Mariola, un paraíso para los senderistas y ciclistas que buscan rutas exigentes en plena naturaleza. Además, sus fuentes, ermitas y parajes naturales, como el Pou Clar, un conjunto de pozas de agua cristalina en el río Clariano, ofrecen la posibilidad de darse un baño refrescante en un entorno completamente distinto al mar.
Y curiosamente, a pesar de su riqueza patrimonial, este es un destino poco masificado. Su relativa cercanía a ciudades como Valencia o Alicante lo convierte en una escapada perfecta para el fin de semana o una excursión de un día desde la playa, pero sigue siendo, para muchos, un secreto bien guardado. Tal vez por eso, recorrerlo palmo a palmo, se siente como un auténtico privilegio.
Imágenes | Turismo Bocairent
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