En una región donde el sol baña las fachadas doradas y las plazas se llenan del rumor tranquilo de la vida cotidiana, Murcia sigue siendo, sorprendentemente, uno de los destinos más infravalorados de España. Lejos del bullicio de las rutas más turísticas, esta tierra ofrece una riqueza patrimonial y artística que asombra a quien se detiene a descubrirla: la imponente Catedral de Santa María, con su mezcla de estilos; el Real Casino de Murcia, joya ecléctica del siglo XIX; o el Monasterio de Santa Clara, donde aún se respira la herencia andalusí, son solo algunos ejemplos de un legado que merece ser explorado con calma.
Otro gran ejemplo de esta riqueza arquitectónica se esconde a poco más de una hora de la capital murciana, en el corazón histórico de Lorca: el Palacio de Guevara, uno de los tesoros más sorprendentes del barroco español. También conocido como “Casa de las Columnas”, este edificio de finales del siglo XVII es una obra maestra que ha resistido el paso del tiempo gracias al esmero de generaciones que han sabido apreciar su valor.
Su construcción se inició por don Juan de Guevara García de Alcaraz, un noble lorquino que quiso plasmar en piedra la grandeza de su linaje y su devoción por el arte de su época. El resultado fue un palacio cuya fachada, coronada por un magnífico escudo heráldico y una espectacular portada de mármol, es considerada una de las más bellas del barroco civil de nuestro país.
Palacio de Guevara: una joya arquitectónica en el centro de Lorca
El interior del palacio es un despliegue de elegancia y refinamiento. Sus salas conservan el ambiente señorial de otra época, con mobiliario original, tapices, espejos, relojes de época y una notable colección de pinturas. Entre sus estancias más célebres destaca el Salón Amarillo, un espacio luminoso y suntuoso decorado con sedas doradas y muebles de estilo isabelino que transportan al visitante a los tiempos de la nobleza lorquina. Las paredes de otras salas acogen retratos familiares, obras de temática religiosa y paisajes que, junto a los techos artesonados y los suelos de mármol, convierten el recorrido en una inmersión sensorial en la historia.
Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2008, el Palacio de Guevara ha llegado hasta nuestros días gracias a una generosa donación. En 1971, su última propietaria, doña Concepción Sandoval Moreno, baronesa de Petrés y de Mayals, decidió legar el edificio y todo su contenido, acumulado a lo largo de siglos por las distintas familias que lo habitaron, al Ayuntamiento de Lorca, reservándose el usufructo del bien hasta su fallecimiento en 1988. Gracias a este gesto, el conjunto se ha conservado de manera excepcional, convirtiéndose en un testimonio vivo del esplendor barroco y de la historia de la aristocracia murciana.
Hoy, el palacio no solo es un emblema patrimonial de la ciudad, sino también un vibrante espacio cultural que acoge exposiciones, conciertos y visitas guiadas que invitan a sumergirse en su fascinante pasado. Pasear por sus salones, entre retratos antiguos y ecos de una vida señorial, es retroceder en el tiempo y vivir en primera persona la grandeza que albergó en su momento.
Las visitas guiadas deben reservarse con antelación en esta web y tienen un precio de 5 euros, una oportunidad fantástica para descubrir uno de los lugares más cautivadores de la Región de Murcia.
Imagen | Lorca Taller del Tiempo
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